Calle de José Manso. Calle 6 Norte 400

Esta cuadra, en cuya acera Oriente se hallaba a principios del siglo pasado el temazcal de Rincón (véase C. Tornos), se designa por la Calle del Chito Cohetero en 1739 y desde las Ordenanzas de Flon (1796) hasta el plano de 1883. Chito es abreviatura de Francisco: Francisco-Pancho-Panchito-Chito. Una cohetería existía en esta cuadra hacia 1852, pero no en 1835, pues, no tener relación con la del Chito Cohetero. Probablemente fue este un natural que parecía de apellido, según la costumbre de la época colonial.

A fines del siglo XVIII (1787, 1790 y 1793), la casa en la acera Poniente, que al Sur colinda con la del Alfeñique y que ya entonces era "de edificio alto y bajo", pertenecía a José de Nava, probablemente el artista que fue "sin disputa el más notable de los grabadores" poblanos de la época colonial, "no sólo por la calidad de sus trabajos, sino especialmente por su número". Es el mismo que grabó el plano de las Ordenanzas de Flon. Trabajó desde 1765 hasta 1807.

El nombre oficial de Calle de José Manzo se dió a la cuadra en 1889. José Manso y Jaramillo nació en Puebla el año de 1789. Dedicóse al oficio de platero, trabajando también como cincelador, grabador y arquitecto. Dicen que necesitándose una placa para grabar estampas de Jesús en la Santa Escuela de Cristo de S. Francisco, cuyo miembro era Manso, éste se fue al taller del citado Nava, a fin de encargarle de la ejecución. Pero Nava se negó, Habiendo visto unos grabados sobre la mesa del taller, el joven artista regresó a su casa, resuelto a hacer él mismo el trabajo, lográndolo.

José Manso.

En 1819 le fue encomendada la conclusión del ciprés o altar mayo de la Catedral, comenzando en 1799 por el célebre arquitecto valenciano Manuel Tolsa.

En compañía de seis jóvenes pensionados por el gobierno y que se agregaron a la legación diplomática del canónigo Pablo Vázquez, Manso salió de Veracruz el 21 de mayo de 1824, para perfeccionarse en Roma, París y otros centros artísticos de Europa, donde aprendió el arte de la litografía, que a su regreso introdujo en su patria. También fue notable como pintor. En 1852, se le atribuyen los adelantos en la fabricación de vidrios planos y de la loza poblana y en la fundición de hierro. Además fue entonces salmista del coro de la Catedral; vivía en la Calle de Infantes. Murió en 1860.

Hoy se lamenta amargamente que destruyera muchas obras del arte colonial.

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