En el plano de Medina (1754) todavía no se ve nada de una arboleda a la orilla izquierda del río de S. Francisco, al norte del convento. Tampoco se halla una alusión en Veytia (1780). La voz ‘paseo’, para designar un parque público, que antes llamaron aquí ‘alameda’, se usa por primera vez en México hacia 1775, cuando se hizo el Paseo Bucareli. Después de 1780, se creo en Puebla el primer Paseo, situado en el lugar que desde 1883 se llama Plazuela de Antuñano (C. 10 N. 2000) y que entonces se nombró probablemente el Paseo, pero más tarde, en el padrón de 1832, la nomenclatura de la Guía de 1852 y en 1855: Paseo Viejo, y en 1830, 1838 y 1845: Calle del Paseo Viejo. Pues a poco tiempo de existir el primer Paseo, se hizo más abajo el Paseo Nuevo. Mencionándolo con este nombre en 1788: "Paraje de Almoloya y Paseo Nuevo", escribiéndose simplemente "Paseo Nuevo" en 1815. También le llamaban Paseo de la Alameda (1801 y 1832) o Alameda (1821). En 1835 lo designan por "el Paseo que antes se nombraba Almoloya". (Asimismo denominan en 1787 Paseo de los Arbolitos a la arboleda de la Av. 17 Poniente, C. Santiago.)
Habiéndose establecido otro parque, el Paseo Nuevo (Bravo), al Poniente de la Ciudad (1838), se prefería para los antiguos el nombre de S. Francisco, empleado ya en 1818 (véase C. Piadosas). Paseo Viejo de S. Francisco titulan a la cuadra 2000 en 1851, y Paseo Nuevo de S. Francisco a la parte Sur en la nomenclatura de la Guía de 1852. Pero esta distinción de las dos partes, siendo poco práctica, desapareció pronto, y se estableció el uso de designar por Paseo nuevo exclusivamente el parque cerca de S. Javier y llamar al antiguo Paseo de S. Francisco o Paseo Viejo, recibiendo después la parte Norte, la cuadra 2000, el antiguo Paseo Viejo, el nombre de Plazuela de Antuñano. Paseo de S. Francisco se lee en los planos de Ordóñez (1849) y de Álvarez (1856), Paseo Viejo en el de Ponce (1856), y como denominación corriente en la Guía de 1852. En 1866 llaman al sitio junto al Puente de S. Francisco Plazuela del Paseo Viejo de S. Francisco. Por los años de 1870-72 el nombre fue Paseo del Cinco de Mayo (véase C. Nacional). El nombre de Paseo Hidalgo se usa por lo menos desde 1891.
En la acera Norte de la Calle Nacional hay una pilastra con una placa de mármol que dice: 1910 Paseo de Hidalgo. Es uno de los tres postes que, como se ve en la acuarela de 1666, estaban en la esquina del atrio de la Catedral. Al quitarlos, en 1878, se pusieron dos de ellos junto a las torres del templo, para servir de mingitorios. Más tarde se repartieron entre las plazuelas de S. Luis, de Sta. Inés y del Sr. de los Trabajos, donde quedaron hasta principios de este siglo.
El Paseo, en su principio, estaba rodeado de una muralla, los tramos separados por pilastras o torrecillas, como se ve en le plano de 1807. En la maqueta más antigua, las bardas Oriente y Norte tienen forma ondulada, con los arcos invertidos y tendidos, forma que tenían antiguamente, según dicen, las bardas de los atrios de Santiago y de los remedios y probablemente tenía también la del Jardín Botánico, y que conserva, por ej., en México el atrio de la Sta. Veracruz. En la parte Sur, junto al puente, hay, en la maqueta, un corto tramo alto terminado arriba por una línea zigzagueada, al que sigue el lugar que ocuparía la portada. En 1827 mencionan "la portada de la muralla que circunda tan frondoso terraplén" ("la alameda"), así como "la glorieta alrededor de la fuente". La fuente se puso, al parecer, en 1818 (véase C. Piadosas y Fuente Alta); estaba, como se ve en el plano de Careaga de 1863, frente a la cuadra 1800, donde después se construyó el quiosco. También está figurada en la maqueta más antigua.
A este sitio solía dirigirse el desfile ("paseo") en las fiestas cívicas del 16 de Septiembre, desde 1827 hasta 1887, en las que desempeñaba un papel importante la figura alegórica de la América, representada por una joven, o por una estatua como la que, hecha de madera, se conserva hasta hoy, junto con la de Colón, en una bodega del Ayuntamiento. Esas últimas estaban antes en el salón de sesiones del antiguo Palacio Municipal.
La casa del Paseo, en que se guardaban lo aperos, estaba al Norte, inmediata al río, “en la espalda de la manzana” (de la casa de Antuñano) como escriben en 1830, y es tal vez la misma que, en forma triangular, está marcada en el ángulo Noroeste del Paseo mismo, en los planos de Careaga.
En 1896 Carrión de la descripción siguiente: “en el centro hay una fuente en la que se crían pescados de colores, y reciben el agua de la llamada Caja del agua de Almoloya. Toda la orilla del río desde el Puente de S. Francisco está formada por una banca continuada de mampostería, cortada en uno o dos lugares.” Una lápida en esa muralla, que sirve de respaldo al poyo, frente a los baños de Hernández, dice: Se construyó este muro en el año de 1879 bajo la dirección del C. regidor José María Ross.
Continúa Carrión: “Al lado de la Plazuela de Antuñano hay otra banca corrida de mampostería, así como al lado de S. Francisco, frente al atrio, formando la Calle de la agua Santa. Detrás de la banqueta de esta calle, al Norte de ella, se levanta un quiosco de madera para la música." El plano de 883 muestra que ya entonces el Paseo estaba arreglado de la expresada manera. Se ven todas las bancas mencionadas, y al Norte de la del Agua Santa se nota una raya azul que marca el agua. Pero hay dos fuentes, y falta aún el quiosco que se estrenó en 1888, recibió el nombre de Porfirio Valderrain en 1890, a la muerte de este militar (véase C. Río Madre), por acuerdo de la Jefatura Política, y se quitó en 1930, para poner en su lugar una pajarera.
Curioso nos parece hoy el asiento de una cuenta del año de 1867: "Por una gruesa de cohetes para espantar a los zopilotes que se paran en los árboles (del Paseo de S. Francisco), $1.62."
Las cuadras 1400-1600 se llaman Calle del Paseo en 1841, Paseo Nuevo en el padrón de 1832, Paseo Nuevo de S. Francisco en la nomenclatura de la Guía de 1852, Paseo de S. Francisco en Camarillo (1922).
En el sitio de la manzana grande al Oriente de estas cuadras, la cual, aún según el plano de 1807, se componía de varias pequeñas manzanas, estaban, en el último cuarto del siglo XVII (1788), 3 casas de las 6 que entonces formaban la posesión de Rafael Mangino y su esposa Josefa Mendívil (véase C. Adán), y probablemente tomó este señor la iniciativa para crear el paseo. Esas 3 casas se denominaban: la casa grande y principal de campo, la del Sr. S. Joaquín y Sra. Sta. Ana, y la de la Pila o Pila Antigua (1790). Otras dos casas estaban a espalda de esas, en la calle llamada después de Almoloya.
Un siglo más tarde, en 1882, instaló el Sr. Murcio Hernández, al Norte de los Lavaderos Públicos, los Baños de S. Juan Bautista, que después de la muerte de don Mucio (1911), pertenecen a sus hijos.
La casa junto a la esquina de la Calle Real del Alto o del Cirineo era conocida, a fines del siglo pasado (1888), por el Boliche o Tívoli de S. Francisco.
La cuadra 1800 se titula Calle del Buen Natural -del Mal Natural se llamó la Av. 15 P. 100 (Cuauhtémoc)- en 1788, 1790 y en el padrón de 1832; Calle de los Naturales en los planos de Careaga (1856-1883); Natural se lee en el plano de 1908. También en esta cuadra había una casa de la esposa de Mangino.


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