En el plano de Medina (1754) vemos que de las 5 manzanas que hoy forman el Paseo Bravo, 3 estaban edificadas, al saber las situadas al Poniente de las cuadra 300, 500 y 900 de la C. 11 Sur. La manzana al Poniente de la cuadra 100, la Plazuela de Guadalupe, estaba casi enteramente desocupada, y la manzana al Poniente de la cuadra 700, en su parte oriental. Del Padrón de 1832 se desprende que entonces había habitaciones solamente en la parte Oriental de la manzana situada al Poniente.
De la cuadra 100, formando la parte occidental la Plazuela de S. Javier. La cuadra que corresponde a la Av. 3 P. 1100, se llamaba Calle de la Bóveda (1823) o Calle de las Bóvedas (en los padrones de 1830 y 1832), por la Casa de la Bóveda, citada en 1805, 1806 y 1832 como ubicada en la Calle del Silencio, al lado Oriente de la misma manzana. Las otras cuadras que colindaban con dichas manzanas, las dos Avenidas y la C. 11 S. 500-900, se llamaban Calles de Oaxaquílla (1823).
Parte del terreno formaba una plazuela que se llamaba la del Parral, nombre que llevan al mismo tiempo la Plazuela de los Locos, ubicada más al Este (véase más adelante). Especialmente se denominaba Plazuela del Parral, según el padrón de 1832, el sitio al oriente de la C. 11 S. 900 (véase C. J. Méndez). Y hasta en 1853 escriben: “Calle del Costado del Paseo Nuevo (C. 11 Sur) que antiguamente nombraban del Parral.”
A principios del siglo XIX estaba aquí como en la Plaza Pública, una horca, hasta que, el 10 de noviembre de 1804, Fray Vicente Magor, a nombre de la provincia de los dominicos de Oaxaca, pidió al Ayuntamiento que se la mandara quitar, alegando que a causa de ella no podían arrendar unas casas que en ese lugar tenían (véase C. Oaxaquilla). En el propio sitio fusilaron, el 15 de abril de 1814, al mariscal de campo de los insurgentes, Miguel Bravo, hecho prisionero por los realistas en Chilac, cerca de Acatlán, en el Sur del Estado. Sus restos se enterraron en el templo de S. Marcos.
Dos años después, el 22 de junio de 1816, fue fusilado aquí Manuel Fernández de Echeverría y Veytia, sobrino del historiador, por haber proporcionado auxilios a los insurgentes de Tehuacán. Tal vez sea él idéntico con el Manuel Mariano Fernández que en 1797 fue mayordomo de la cofradía de S. Nicolás, fungiendo como administrador el hermano de Luis Alconedo, otro mártir de la Independencia (véase pág. 250).
El 19 de julio de 1823 decretó el Congreso General de México que se adornaran los sitios en que fueron sacrificados los héroes de la Independencia, citando entre ellos a Miguel Bravo, decreto del que recordó el gobierno del Estado al Ayuntamiento en septiembre de 1827. El obrero mayor hizo el diseño de una pirámide de sillares de cantería, coronada de una águila y rodeada de una balaustrada. El monumento se puso a fines de 1827 en un lugar que, a petición del Cabildo, cedió para este objeto el procurador general de la provincia de los dominicos de Oaxaca. Alrededor del monumento se plantaron árboles, que fueron el origen o precursores del futuro Paseo.
Parece que al principio se erigió solamente un zócalo, nombrándose una comisión para deliberar, si en el centro se pusiera una fuente o una “pirámide”. El dictamen del 4 de marzo de 1829 fue en favor de la fuente. Sin embargo, en noviembre del mismo año se escribe que el monumento quedó incompleto, porque “gentes mal intencionadas se robaron el busto de Miguel Bravo, después del dineral que ha costado”. Aprendemos también que “arrancaron la cabeza al busto que había en el monumento”. Como don Nicolás Bravo tenía que pasar por esta Ciudad, regresando de su destierro a principios de 1830, después de la caída de Guerrero y el triunfo de Bustamante, se acordó poner un busto de bronce en el monumento que “por una ley se mandó poner en memoria del Sor. Su tío don Miguel, en la Plazuela del Parral". El busto, hecho por el escultor Murillo, que vivía en la Calle del baño de la Luz, costó $140, precio de metal. También repusieron la lápida. Para evitar un nuevo atentado, se acordó poner un vivac (guardia) en las inmediaciones (1830).
Una noticia del año 1843 dice: “en el extremo occidental del Paseo hay dos grutas de hiedra y un diverso recinto adornado de balaustres y de flores, y en el centro hay contra la pared un obelisco embutido hasta la mitad, el cual tiene el busto del Gral. D. Miguel bravo y esta inscripción: “En este lugar, | Antes de espiación y de infamia, | Derramó su sangre | Por la Independencia | El General D. MIGUEL BRAVO. | Puebla agradecida | Le levantó este monumento. | Año de 1830.”
En 1855 el gobierno mandó reponer la parte maltratada así del “monumento del Sr. Bravo” como del de la Plaza. En 1862, al cortar los árboles del Paseo, se quitó también el busto del héroe de la Independencia. Probablemente fue el mismo que en 1877 se colocó frente al templo de Guadalupe (véase más adelante), pero si éste, según dicen, era de yeso, ya no podía ser el antiguo de 1830.
Respecto al lugar donde se hallaba el monumento escriben en 1830: “Siendo ahora ese punto el tránsito para la Comandancia General a Cholula…” Era precisamente el mismo sitio donde hoy está el monumento a Nicolás Bravo y que antes formaba el extremo Sur del Paseo. A su espalda había casas. En este lugar lo menciona la Lista de 1850 (“el monumento de Bravo”) y la Guía de 1852, y lo vemos marcado en el plano de Ordóñez (1849), la maqueta del Museo, los planos de Ponce (1856) y de Careaga (1863). El proyecto de establecer un paseo en este rumbo data del año 11818, cuando el intendente y gobernador militar Ciriaco del Llano (1816-21), el vencedor de los insurgentes, encargó al maestro mayor de arquitectura Antonio Santa María Incháurrigui de hacer los trabajos preliminares, abriéndose una suscripción voluntaria entre los vecinos. Pero aún en 1835 no conoce Peña otra "Alameda" que la de S. Francisco ni menciona entre los varios proyectos el de establecer este nuevo paseo. Sin embargo, en una petición de 1852 afirman que en 1832 el Ayuntamiento destruyó "unas casas situadas en el barrio de Oaxaquilla, para dar más extensión al Paseo". En 1834, efectivamente, el Ayuntamiento trató de comprar "unas casitas situadas en la Plazuela del Parral" para la obra del cementerio, “y para establecer una alameda pública en el local que quedase unido a una huerta que antes fue del Colegio del Estado y la Plazuela de S. Javier”. Plazuela del Parral dice al terreno del actual Paseo también en un acta del Cabildo de 1846, tratándose de “las casas que estaban ubicadas en la Plazuela del Parral y demolieron para extender el Paseo Nuevo”. Según la Guía de 1852, se demolieron las casas de la Calle de las bóvedas en 1838, y en 1845 se menciona “la Alameda”, en 1849 “el Paseo Nuevo”, como lindero de la Plaza de Toros, C. 11 S. 300. En los documentos del Ayuntamiento de aquella época se prefiere el nombre de Paseo de S. Javier, que leemos también en los planos de Ordóñez (1849) y Álvarez (1856), aunque en el texto de la 'Historia' se escribe Alameda Nueva.
En 1843 un viajero de la siguiente descripción del Paseo: “La Alameda… se halla recién plantada, y por tanto más bien parece un jardín que alameda. Está rodeada de un gracioso muro o barda baja con balaustres de piedra, y tiene 4 puertas que corresponden a los cuatro vientos cardinales, y en otras tantas en los intermedios del cuadrilongo que forma; tiene también tres fuentes…” Después de describir el monumento del Gral. Miguel Bravo continua: “Enfrente de este cenotafio está elevado un templete de piedra, sostenida su cúpula por 12 columnas de orden corintio, y en el centro se levanta una base cuadrada que sostiene un globo dorado, y sobre él sentada la América, teniendo a su izquierda el águila de México. La estatua es colosal. Al templete lo rodean asientos de una balaustrada también de piedra.”
La Guía de 1852 dice: “A pesar del corto tiempo que lleva el Paseo Nuevo de planteado, sus numerosos árboles de fresno y sus variadas flores presentan una vista pintoresca. La extensión que tiene, proporciona una reunión considerable de carruajes y caballos. Está adornado con un monumento (el de Miguel Bravo) en el fondo y cinco hermosas fuentes." Estas fuentes, circulares y puestas al tresbolillo, dos aproximadamente en la línea de la Av. 3 Poniente, una en la de la Av. 5 Poniente y otras dos en la de la Av. 7 Poniente, han conservado su forma y lugar hasta hoy, exceptuando la que se ha sustituido por la Fuente Colonial.
En 1862, después del glorioso día del 5 de Mayo y preparándose la Ciudad para la resistencia contra los franceses, se cortaron todos los árboles de este Paseo.
Durante el Imperio (1864-67) se incorporó al Paseo la manzana que está al Poniente de la C. 11 S. 900 y donde hoy se halla el Parque Infantil. Hasta en 1850, según la Lista, había casas aquí. Todo el Paseo se cercó con una barda que en el interior estaba provista de asientos. Frente a las bocacalles de las Avdas. 3, 5, 7 y 9 P 900 se construyeron 4 portadas, teniendo 5-6 metros de altura. Otras 3 entradas había en el lado Norte: frente al templo de Guadalupe y en los dos ángulos. Alrededor de las fuentes había asientos de mampostería. En aquellos años (1864-67), el parque se bautizó Paseo de la Emperatriz Eugenia o brevemente de la Emperatriz, y se hicieron en él ensayos de varias legumbres europeas.
El nombre de Paseo de Bravo se usa por primera vez en 1870. El busto de Miguel Bravo, que en 1875 habían colocado en el salón de la Sociedad de Artesanos, en el Colegio de S. Juan, se puso en 1877 solemnemente en el Jardín al Norte de la barda del Paseo, frente al templo de Guadalupe, donde quedó hasta 1896.
En 1898 el Ayuntamiento, reservándose los derechos de propiedad, le cedió al Museo Militar del Batallón Zaragoza en S. Javier, y se perdió en la Revolución.
Ignoramos si se trata de este monumento o de otro, cuando, en 1881, el Cabildo discutió sobre si se debía continuar en el Paseo Nuevo "la obra monumental dedicada a la memoria del Gral. M. Bravo, que comenzó a levantar", hablándose también de "un monumento a la Independencia Nacional y a los héroes que en ella se sacrificaron".
Extraño es que el nombre héroe, a pesar de su monumento, hubiera caído en tal olvido que en las actas de 1875 y 1898, mencionándose expresamente su fusilamiento, le llaman "el Gral. Nicolás Bravo" o "Agustín Bravo". Debido a tal error, parece, se levantó, en 1896, en la glorieta, marcada en el plano de 1883 en la línea de la Av. 9 Poniente, un artístico monumento al Gral. Nicolás Bravo, al que en 1898 se le agregó una estatua representando a la Historia.
Nicolás Bravo, hijo de don Leonardo y sobrino de dos Miguel Bravo, nació en Chilpancingo (Guerrero) hacia 1790. Combatió desde1811 en las filas de los insurgentes al mando de Morales. Aunque su padre, caído prisionero, había sido ejecutado en México, don Nicolás perdonó la vida a 300 prisioneros españoles. En 1817, él mismo cayó en manos de los realistas y estuvo tres años en prisión. Puesto en libertad, se adhirió al Plan de Iguala, proclamado por Iturbide. Fue jefe de las tropas independientes que amenazaron a Puebla en julio de 1821, intimando al intendente Del Llano la rendición de la Ciudad. Con el propio objeto se dirigió al Ayuntamiento, desde Cholula y el molino de la Teja (junto al rancho del Pópulo). La capitulación de la Ciudad se efectuó a fines del mes, habiendo llegado Iturbide en persona. El Gral. Bravo fungió después de Consejero de Estado en el Congreso Constituyente, y se rebeló, junto con Vicente Guerrero, contra el Imperio de Iturbide (1823). Fue jefe del partido escocés o liberal moderado, desempeño el cargo de vicepresidente y sostuvo la candidatura de Gómez Pedraza (1828). Fue derrotado en Tulancingo (1829) por Guerrero, el jefe del partido yorkino o radical, y desterrado a Guayaquil (Ecuador), pero regresó a la caída de aquél (1830).
Sin ser partidario de Santa Anna ocupó transitoriamente altos puestos en su admiración, fingiendo de presidente de la República en julio de 1839 y desde el 6 de noviembre de 1842 hasta el 5 de mayo de 1843. En 1846 organizó la defensa de los Estados de Puebla y Veracruz contra los norteamericanos, y fue nombrado comandante general de Puebla. Cayó prisionero en la toma del castillo de Chapultepec, que defendió dos días contra los invasores, en septiembre de 1847.. Retirado a la vida particular, murió en Chilpancingo el año de 1854, según se rumoraba envenado por orden del dictador Santa Anna, quien temía que don Nicolás se adhiriera al Plan de Ayutla, proclamado por Comonfort.
Su estatua en el Paseo fue inaugurada en 1896 por el presidente Porfirio Díaz, quien al mismo tiempo puso la primera piedra para el monumento dedicado a la Independencia, frente a la iglesia de Guadalupe, de donde se había quitado el busto de Miguel Bravo. Ese monumento se estrenó en 1898, y se trasladó a la Avenida de la Paz en 1922. En 1928 se construyó en el mismo sitio la estación de gasolina para automóviles.
Por 1897-99 el Paseo se arregló de nuevo. Los bancos de hierro alrededor de las fuentes se pusieron en1897, la barda exterior se demolió en 1898, el quiosco se construyó en 1899, y se hizo el pozo artesiano de agua sulfurosa, frente a S. Javier. Pero hasta la gestión de D. Francisco de Velasco (1907-10), el Paseo tenía la molestia del mal olor del agua de azufre que por pequeños y números canales lo travesaba.
Respecto del baño del Paseo (véanse págs. 29 y 82) agregamos que en la maqueta más antigua lleva pintado el nombre de “Ojo Ondo”, aunque generalmente se entiende por ‘Baño Hondo' el baño de Espíndola en la C. 11 N. 1, y figurando, tal como en el plano de 1754, por una construcción cuadrilátera, pero con piedras grandes adentro (la “peñuela”). De allá, hacia el Poniente, sale el agua, por un caño abierto, a la C. 15 S. 900-1100, rodea el matadero que tiene su entrada por dicha C. 15 Sur (Colonia), por el Poniente y Sur y corre por la Av. 13 S. 1300-2100 (Aztecas y Molinos), a la vez que en el plano de 1754 pasa finalmente por la C. 11 Sur (Pacheco).
En la esquina Sudeste del Jardín antes citado se erigió en 1903 un monumento a Gabino Barreda, el "EMINENTE FILÓSOFO, ISIGNE MAESTRO", según la inscripción. Este hijo de Puebla nació en 1824, dedicóse al estudio de medicina en México y desde 1851 fue profesor de historia natural y física en la Escuela de Medicina. Durante el Imperio ejerció la profesión de médico en Guanajuato. Restablecida la paz, fue nombrado miembro de la comisión encargada de la reorganización de la instrucción pública e introdujo las ideas modernas en la enseñanza, fundando la Escuela Nacional Preparatoria, cuyo primer director fue. En 1878 encargóse de una comisión diplomática en Berlín y Suecia. De regresó, murió en México el año de 1881. Introdujo en su país el sistema filosófico, llamado positivismo, fundado por el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857), que admite únicamente el método experimental.
El mismo año de 1903 se puso, al Poniente de la estatua de barreda y frente a S. Javier, un monumento a Esteban de Antuñano, “FUNDADOR DE LA INDUSTRIA FABRIL EN EL PAÍS”, como reza la leyenda.
En 1921 se estreno el reloj en la esquina Nordeste del Jardín, frente a la Avenida de la Reforma 900, coronado por un gallo, símbolo de la nación gálica, y que obsequió, según la inscripción: A la Ciudad de Puebla la Colonia Francesa residente en la misma en conmemoración del Centenario de la consumación de la Independencia mexicana 27 de septiembre de 1921.
El 5 de mayo de 1922 se puso la primera piedra para la fuente colonial, frente a la Avenida de la Paz. Presenciaron el acto el presidente Gral. Obregón, Gral. Calles y el gobernador Manjarrez. El Sr. Carlos Alonso Miyar, a nombre de la colonia española, pronunció el discurso. En la parte central de la fachada se ven, de arriba hacia abajo: la Cédula de 1538, por la que se concedió a Puebla su escudo de armas; los escudos español y mexicano; una interpretación de Motolinía, delineando la Ciudad; la inscripción: A MOTOLINIA FUNDADOR DE PUEBLA. Al lado derecho se lee: PROYECTO | Y | | CONSTRUYO | J. RAFAEL | IBAÑEZ G. | INGENIERO CIVIL; al lado izquierdo: CANTEROS | J. CORRO | M. CARRASCO | Y M. GARCÍA | MAESTRO ALBAÑIL ANTONIO MARTINEZ. (El Sr. Jesús Corro esculpió también los escudos de la Ciudad en las torres del Mercado.) a la espalda, que mira al Oriente, hay, en azulejos, la copia de un cuadro que representa el desembarque de Colón en América, hecha en la locería de la Calle Espíndola. Abajo dice: Pedro Sánchez reprodujo en cerámica Puebla 1923.
Al lado Sur del Paseo está una fuente, hecha de azulejos y adornada con varios escudos de esta Ciudad y otros que llevan un león rodeado de 8 estrellas, con la leyenda: Plus Ultra ('más allá'). La inscripción reza: Fuente de la China Poblana donación de la Colonia Inglesa. Se inauguró el 16 de septiembre de 1929.




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