La casa de la acera Norte de esta cuadra que hoy lleva el número 10 (918) y lindaba por la espada con el Mesón de Guadalupe (Reforma 915), perteneció en 1702 al Lic. Alonso de Ávila (o: Dávila) Valero, “presbítero y cura beneficiado por Su Majestad del pueblo y partido de Tlatlauquitepec”. En 1864, el sacerdote, siendo bachiller, había entrado en su cuarto. “Fue el primer párroco, a quien se le impuso un coadjutor, don Juan Pacheco, por el Ilmo. Señor Santa Cruz, a los tres años y medio de gobernar la parroquia, por ciertos capítulos de acusaciones, que le opusieron.” En Puebla era dueño también de los terrenos sitos al norte de la Av. Reforma 1100, que con suma generosidad cedió en 1694 para que en ellos se pudiera fundar el santuario de Ntra. Sra. de Guadalupe. En 1724 ya no vivió. Según una tradición fue asesinado en su casa, donde después ‘espantaba’. “La casa del Padre Ávila en la calle del mismo nombre” se cita en 1807. La parte posterior del actual edificio es antigua; tiene una escalera muy estrecha para subir a la azotea. La parte delantera se hizo hace algunos años.
La Calle del Padre Ávila se menciona por primera vez en 1786, y el mismo nombre se lee en todos los padrones y planos desde el padrón de 1832. En las Ordenanzas de Flon (1796) se puso equivocadamente. “Espíndola”. Calle de Ávila escriben en 1803.
La Plaza de Toros que en 1841 se instaló en la mitad Poniente de la manzana situada al Sur de esta cuadra, fue la primera en Puebla. Después la llamaron la del Paseo Nuevo, para distinguirla de la Plaza de S. Jerónimo, edificada en 1849. En 1902, el mismo año en que se quemó el Teatro Principal fue incendiada y destruida. Al día siguiente se decretó la prohibición de las corridas de toros en todo el Estado, aunque sin hacerla duradera. Por primera vez se prohibieron aquí las lides de toros por decreto del Congreso local del 19 de enero de 1829, en el gobierno de Patricio Fúrlong.
En los siglos anteriores se hacían las corridas de toros en la Plaza Pública (Zócalo) y en otras plazuelas, como la de S. José, después también algunas veces en el Coliseo, sin que hubiera local especial.
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