En esta cuadra tenía sus "casas de morada, de altos y bajos", el alguacil mayor capitán Alonso Raboso de Guevara y la Plaza. Fue natural de la villa de Illana (Toledo), hijo del capitán Diego de Raboso y de Quintería de la Plaza, casó con María de Guevara Fajardo, y murió en 1680, antes de su esposa. Le sepultaron en el convento de Sto. Domingo el 11 de abril. En el sermón fúnebre, que pronunció un religioso dominico y que se imprimió por la viuda de Juan de Borja y Gandía, leemos: “Llevado de este celo común, hizo la Puente que llaman de Cholula, tan importante en este reino. Aderezó las cárceles, los hospitales y las audiencias, que aunque es verdad que esta nobilísima Ciudad le libró todo el dinero con la liberalidad que acostumbra, pero en lo actual de la obra suplió todo el gasto por la utilidad del común. Y llevado del común, en el pueblo de Izocan (después Izúcar, hoy Matamoros), en el río caudaloso en que peligraban muchos pobres indios y vecinos de toda la jurisdicción, hizo otra puente muy costosa; tuvo tanto cuidado en las enfermerías, dejando por último una dotación de $2.000 para que su rédito se gastase en el hospital del patriarca S. Juan de Dios en sábanas para los enfermos. Reedificó toda la iglesia del mártir S. Sebastián, (contribuyó) para la torre de la Merced, la obra de la Purísima (el templo del orfanatorio de S. Cristóbal), (ayudó a los religiosos de) S. Francisco para aderezar la enfermería y una pila que se hizo en el patio, a nuestro convento de S. Pablo la portería, (etc). En el pueblo de Yzocan que está cerca de su ingenio (hoy la hacienda de Raboso) le sucedió repetidas veces salir a deshora de la noche de las Casas Reales,..." (ocasiones en que demostró su piedad).
La casa la heredó su hijo Miguel Raboso de la Plaza, igualmente capitán y alguacil mayor, que casó con Tomasa de Garate Francia y Chávez, y murió en 1693. En la oración fúnebre, declamada en sus exequias, se dice que dió a los religiosos (betlemitas) “con renta de $1000 de censo al año, la casa y el agua para que fundasen a Dios un templo y a los convalecientes un hospital” (véanse C. belén y Sta. Rosa).
La Cuadra se llama Calle de Raboso desde 1774, pero bastante frecuente es la forma Reboso. Ya en el encabezamiento de la oración fúnebre de don Miguel se lee esta forma del apellido, y la cuadra se titula Calle de Reboso en 1754, 1776, 1778, los padrones de 1830 y 1832, en 1841, el directorio de la Guía de 1852 y aún en el almanaque de Campos (1885), forma que dió margen a que se tomara la palabra por el apelativo el rebozo (mantilla, chal), escribiéndose Calle del Rebozo en 1775 y en el plano de Almazán (1863). En el plano de Careaga 1863 se lee Calle del Raboso.
La Casa del Alfeñique, situada en la esquina de la C. 6 N. 400 y llamada así por su fachada tan ricamente decorada que parece hecha de alfeñique (pasta azucarada de almendras), se cita con su nombre característico desde 1790. Entonces era una casa nueva, que había edificado su propietario, el maestro herrero Juan Ignacio Morales, el abuelo del célebre pintor Francisco Morales.
Cuando murió, el 22 de agosto de 1790, dejó a sus hijos bienes raíces que se valuaban en más de $70.000. Era las fincas siguientes: la herrería, después núm. 4 de la Plazuela de Analco y que era su casa habitación (véase C. Puente de Analco), la casa del Alfeñique, en valor de $14.900, la casa de la Reina, hoy Av. Reforma 913, la casa de Pizarro (Pl. S. Francisco), otras en las Calles de Andrade, Mesón de Sosa y Mesón de Priego, etc., así como la hacienda de Ntra. Sra. de la Concepción Capulaque (Tochimilco). La casa del Alfeñique la heredó su hija Juana Rosa. Después (1832) fue de su hijo menor José Antonia Morales, el padre del artista y del cual la heredaron, en 1868, sus dos hijas Dolores y Josefa, así como Gertrudis Morales, como heredera y albacea de la tercera hermana Matilde Morales, quienes la vendieron en 1874. El pintor vivió en la casa mientras era propiedad de su padre y sus hermanas. En 1896 Alejandro Ruiz Olavarrieta, fundador y patrono del Monte de Piedad Vidal Ruíz, cedió la casa a la Beneficencia Pública del Estado. En 1926 se trasladó aquí el Museo Regional (véase C. Fco. Morales).
La tiendas del piso bajo de la casa en la C. 6 Norte eran de las llamadas taza y plato, pues comunicaban cada una con la pieza correspondiente de entresuelo; subsisten las estrechas escaleras. De paso sea dicho que en Puebla llaman al piso bajo primer piso, a la vez que en México dicen así al piso primero de los altos, que en Puebla es el segundo piso.
El uso anticuado de emplear el Plural casas, en vez del singular, para denotar un solo edificio, y del que hay varios ejemplos en esta obra, era general en Nueva España.
La casa Colonial núm. 8 fue propiedad del canónigo Bernardo Fuentes de 1885 a 1905, hasta 1920 de la sociedad anónima La Piedad, y desde 1924 pertenece a la Nación. Entonces se la renovó para albergar la oficina de Correos, hasta que en febrero de 1935, ésta se trasladó al Palacio federal, el ex-obispado.
La casa núm. 9, que antes, lo propio que la núm. 11, pertenecía al convento de Sta. Clara, se titulaba Casa del Cuartel, pues había servido de cuartel a los dragones provinciales (hacia 1776-86; véase C. Espalda Cuartel S. José). Luego estuvo allí establecida la Línea de Coches (1852 y 1856). Después la casa sirvió de hotel, llamado de S. Juan Nepomuceno (1891- 1913) y Términus (1914-18).
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