Según Cerón Zapata (1714) había antes aquí una capilla dedicada a S. Lázaro y edificada por los pobres naturales ciegos, con tapias de lodo. Después construyó Gaspar Lorenzo, indio cacique y vecino del barrio del Alto, una "muy aseada" capilla, con el título de Ntra. Sra. de la Misericordia. Los Anales escriben: "El día domingo víspera de Ntra. Sra. de la Asunción, 14 del mes de agosto del Año pedernal de 1678, se bendijo la iglesia de S. Lázaro y la de Ntra. Sra. de la Misericordia. Salió en seguida la procesión de la casa de Torre, y dirigiéndose por el camino real llegó hasta S. Lázaro, adornándose los lugares de su trámite con muchos arcos.” En el retablo del templo estaba colocada la imagen del bulto de la Virgen, con las manos Levantadas al cielo, en ademán de pedir misericordia para los pecadores. Desde 1764 dejó de entrar en turno la indulgencia (jubileo circular) de 40 horas, y en 1780 se escribe que eran muy pobres los adornos del templo. Parece que con motivo de la construcción de la iglesia de Guadalupe en el cerro, se restauró también esta capilla, pues de nuevo tuvo jubileo de 1819 a 1826, y excepcionalmente en 1864; después quedó sin culto y hoy es ruina.
El “barrio y Calle de la Misericordia” se menciona en 1761, la Calle de Ntra. Sra. de la Misericordia en el padrón de 1792, la Calle de la Capilla de la Misericordia en 108. De una casa de campo, frente a la iglesia de la Misericordia, se habla en 1864, época en que se halla- ban construídas varias casas de campo en ese barrio, especialmente en la Calle de Cárdenas. No sólo la cuadra 2200, sino también la anterior 2000 se llaman Calle de la Misericordia en el padrón de 1832 y los planos de Careaga (1856-1883). En el plano de Soto (1915), el croquis Azul, Nieto y Camarillo, se limita el nombre a la cuadra 2200.
La cuadra 2000, que en el Croquis Azul carece de nombre y en Camarillo y Nieto figura como Espalda de la Barranquilla, se llama Calle de los Meloneros en el plano de Soto. Al parecer trátase de un error, pues la cuadra precedente 1800 lleva el nombre de Calle de la Melonera en los padrones de 1832 y 1902, y en 1906. Una Francisca Javiera “que llaman la Melonera” vivía en la parte Sur del Alto, el barrio de Tecpán, hacia 1749.
En el plano de Careaga de 1863, la misma cuadra 1800, así como la manzana al Oriente de la cuadra 2000, están marcadas con el nombre de Tonche Alejo. Al dueño de los terrenos, Juan José Ríos, alias Antonio o Tonche Alejo, le acusaron en 1870 de haber cerrado la Calle del Campo, que pasaba al Sur de su finca (Av. 20 Or. 1800) y lleva este nombre también en los planos de Careaga. Pero según lo que expuso el demandado, no él, sino los franceses, reforzando el fuerte de la Misericordia, habían cerrado dicha calle.
La cuadra 1800 se designa por Espalda de Balvanera en Camarillo y Nieto.
Los nombres del cacique que construyó la capilla, Gaspar Lorenzo, y de la melonera Francisca Javiera son ejemplos de cómo los naturales se nombraban. En el padrón del entonces pueblo de Xonacatepec, hoy barrio de Xonaca, de 1792, están registrados unos 12 jefes de familia, entre ellos 115 “indios”. Casi todos, 112, llevan dos nombres de pila como Juan Antonio, Antonio Paulino, Cayetana Salvadora, etc. En los nombres de los hijos no se repite el segundo del padre, v. g. el hijo de José Joaquín se llama José Felipe, y el de Pascual del Espíritu Santo, Pedro Pablo. Como nombre segundo se prefieren advocaciones o nombres de fiestas, v. g. Mariano de la Luz, María del Rosario, Elena de la Cruz, Lorenzo de Santa María, Manuel de la Ascensión, Juan de los Santos, Francisco de Santiago, Juan de los Reyes, León de Sta. Bárbara. Sólo tres “indios” llevan apellidos: Miguel Vázquez, Juan Vázquez y Cristóbal López, pero las dos “mestizas” se nombran según la costumbre española: Mercedes de Guevara y María Josefa del Castillo; un pardo se llama Miguel Rivas, un español, Ignacio Lorente (Llorente).
En un documento de 1706 figuran como vecinos prominentes del mismo barrio: "Juan Antonio, fiscal y el año anterior alcalde; Juan Marcos, alcalde pasado,... Baltasar Lucas, alguacil mayor". Aún en 1823, según el padrón, había en "Xonacatepeque" más de 100 adultos con dos nombres bautismales, siempre casi la mitad de los habitantes adultos del barrio.
Está claro que en la vida ordinaria no se usaban los dos nombres, sino sólo uno de ellos, y que, como distintivo, los vecinos añadían un nombre profesional o un apodo. Así se decía Diego el Bizcochero, Antonia Cayetana era conocida por la Chula y aun cuando indios o mestizos, tenían apellidos, los vecinos no los usaban, prefiriendo decir Domingo el Cajonero, en lugar de Domingo Campos (véase C. Tepetlapa). Hasta en épocas más recientes se tiene noticia de que en los pueblos de indígenas las autoridades han dado apellidos a los naturales y aun se sabe de cierto caso curioso, ocurrido en el Estado de Veracruz durante el gobierno del Gral. Díaz, consiste en que un cacique vendía apellidos a los mismos naturales. (Sabido es que hasta fines del siglo XVIII, la mayoría de los judíos en Europa carecían de apellidos.) En cambio, los indios caciques se llamaban a la manera española: Joseph Manuel Corona y Francisca María Crespín, en S. Sebastián, 1754; Manuel Marciales, 1792 (véase C. Gobernadores); Miguel Marín, “cacique principal del barrio de Santiago Chololtecapan”, 1801.
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