“El sagrario es la parte interior del templo en que se reservan o guardan las cosas sagradas como las reliquias, especialmente el santísimo sacramento, y en algunas iglesias catedrales una capilla que sirve de parroquia”. La primera parroquia en Puebla fue el primer templo, levantado en el actual Portal de Iturbide. La Iglesia Mayor fue la segunda, y cuando, en 1539, se trasladó la Sede Episcopal a esta Ciudad y la Iglesia Mayor hizo las veces de catedral, sirvió de parroquia una de sus capillas interiores. Habiéndose concluido la actual Catedral en 1649, se puso provisionalmente la pila bautismal en la capilla que se halla en la torre Norte y después se dedicó a S. Ignacio de Loyola. Pero ya el obispo Palafox había dispuesto desde un principio que la capilla del sagrario y bautisterio se colocase en el mismo sitio en que está ahora, e hizo delinear y formar el plan. Después de su salida para España (1649), las personas que estaban encargadas de la fábrica material y especialmente la Archicofradía del Santísimo Sacramento, determinaron edificar otro Sagrario más magnífico, en frente de la fachada principal de la Catedral, y en el sitio destinado por el prelado, la esquina Nordeste del templo, al Norte del altar de los Reyes, se construyó la sala capitular para las sesiones del cabildo eclesiástico, con puerta a la Catedral (por la actual capilla interior de Santiago), en las mismas dimensiones que la sacristía, que está al lado Sur de dicho altar. Pero en 1660, considerando que la nueva iglesia perjudicaría la fachada de la Catedral, cesó la obra por orden del rey, y a la sala capitular se trasladó el sagrario y pila bautismal, abriéndola otra puerta a la lonja (atrio) de la Catedral. De la iglesia empezada se demolió una parte, quedando como ruinas los fuertes paredones, que después se tomaron equivocadamente por los restos de la antigua Iglesia Mayor.
En 1700 se edificó otra capilla contigua al Sagrario, al oriente, “para que sólo sirviese de sagrario o depósito del augustísimo sacramento, y que la otra quedase para la administración de los otros sacramentos de bautismo, penitencia, matrimonio y demás funciones parroquiales”. Así escribe Veytia en 1780. Pero en 1852 las dos capillas tenían sus destinos trocados, estando la fuente bautismal, de tecali, en la capilla pequeña. Hoy se halla en una pieza interior del curato que ocupa la acera Poniente de la calle.
La Cuadra se titula Calle del Sagrario de esta Sta. Iglesia en 1819, y Calle del Sagrario desde las Ordenanzas de Flon (1796) en casi todos los padrones y planos. Singular es la denominación de Calle del Curato que usa José Manso en su descripción de la Catedral, escribiendo "Calle del Curato o Ochavo", pero en 1805 se dijo "frente al Curato del Sagrario". Calle del Cuadrante del Sagrario (véase C. S. Marcos) se lee la Lista de 1850.
Otro nombre fue Calle del Ochavo, que se usa en la Cartilla Vieja (1781), en 1826, 1844, 1850 (Macías), el plano de Ponce (1856), en 1885 (Campos) y aún en el plano de 1908. “Calle del Sagrario o Ochavo” se escribe en 1826 y en la nomenclatura de la Guía de 1852. El Ochavo (‘edificio de figura ochavada), en la esquina de la Av. 5 Or. 1 (Colegio S. Juan), se edificó probablemente antes que se terminara la Catedral (1649), pues Bermúdez de Castro (1746), a más de dar la etimología correcta de Ochavo, agrega la posibilidad de que el edificio tenga ese nombre, “porque su fábrica le costó $8.000 al Sr. Magistral don Juan Rodríguez de León”, el que fue canónigo desde 1633 hasta su muerte, acaecida en 1644. En el interior alternaban la puerta y tres altares con cuatros alacenas en que se guardaba la plata, sirviendo también para erario del tesorero. Las paredes estaban adornadas con los retratos de todos los obispos de esta diócesis. Lo elogios correspondientes a las principales prendas en que resplandeció cada uno de sus antecesores, hizo poner primero el obispo Palafox, continuándose la costumbre. El Ochavo sirvió de sala capitular, hasta que se estrenó la nueva, en 1731, a la que se trasladaron los retratos.
Respecto de las campanas de la Catedral (véanse págs. 148-49) agregamos que en el primer cuerpo de la torre Norte hay 10 campanas: Doña María (centro), Jesús y La Queda (Norte), La Agonía y Sta. Bárbara (Poniente), dos pequeñas de Las Animas y la de S. Antonio (Sur), Santo Oleo y El Niño (Oriente). En el segundo cuerpo se hallan 8 esquinas: El Misterio y S. Miguel (Norte), La Flotista y Sto. Domingo (Poniente), El Santísimo y S, José (Sur), S. Pantaleón y La Purísima (Oriente). La campana del reloj está en el segundo piso del segundo cuerpo, lado Norte.
En la esquina Sudeste de la calle estaba, a principios del siglo XIX, la Botica del Ochavo, que perteneció a Antonio Guadalajara y en 1808 a José Guadalajara, uno de los tres principales fundadores del Jardín Botánico. En la pared de esa casa, en la Calle del Deán, se veía la cabeza esculpida de un animal, que dio origen a la tradición referida en otro lugar (véase C. Mercaderes). Por lo tanto escriben en 1812 que la botica estaba “en la esquina del ochavo que llaman de la Sierpe”.
Así la casa de la botica como un temazcal en esta cuada, citado en 1803, 1852 y 1856, pertenecieron al mayorazgo de la familia Pérez Salazar Méndez Mont (o Monte), que ocupaba toda la acera oriente de la calle. (Un mayorazgo es una institución destinada a perpetuar en una familia la posesión de ciertos bienes en favor del hijo mayor.) Antes, un sitio en ese rumbo había sido propiedad de Alonso Martín Partidor, uno de los fundadores de la Ciudad, por lo cual se designa la Av. 3 Or. 200 (Infantes) como Calle de Martín Partidor en un documento de 1555. Bermúdez de Castro (1746) escribe que Hernando de Ergueta, el primer alcalde mayor, fundó a más del molino de S. Francisco, “frente de las casas del Curato del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, esquina de la Plaza Pública, las principales de su morada, con las tiendas a ellas asesorías, que pertenecen al mayorazgo que fundó el regidor Francisco Méndez” (véase C. Marqués). Según Veytia, sin embargo, la casa de Ergueta estaba en la esquina del Portal Iturbide a la Av. Reforma 100. La tradición dice que Alonso Martín Pérez alias Partidor fue un ascendiente de la familia Pérez Salazar. Pero consta que en 1591 se renovó la merced de un medio real de agua al regidor Francisco Méndez para sus casas, que después formaron parte del mayorazgo, y que el agua, "la remante de la pila que se halla en la Plaza Pública”, se había concedido, luego que se construyó la fuente (1556), al entonces dueño de la casa, Antonio de Almague.
Antes de 1832, la casa principal, en la Calle de Infantes, se dividió en dos, núm. 1 (201), hoy Hotel Italia, y núm. 3 (203), sirviendo la última de habitación al dueño. La posesión era la más grande coherente de una particular en la Ciudad, pues comprendía las 2 casas en la Calle de Infantes, 4 en la del Sagrario y otras 2 en la Calle del Dean, y su producto anual se calculaba en $3.200 (1832). Entonces, con sus 17 casas, Manuel José de Pérez Salazar Méndez Mont, fue el propietario que, entre los particulares, reunía el mayor número de casas; seguían el concurso de Rafael Mangino con 15 casas y Joaquín de Haro y Tamariz con 9. El mismo don Manuel fue el primer alcalde de primer voto en el primer Ayuntamiento de la época independiente (1822). La institución de mayorazgos se abolió por un decreto del 7 de agosto de 1823. La familia vendió las casas en el orden siguiente: Deán 2, 1867; Sagrario 6 (y 8), 1873; Infantes 3, 1886; Sagrario 4, 1889; Infantes 1, 1896; Sagrario 2, 1901; Deán 4, 1925. En la última casa estuvo el Correo durante más de medio siglo (1848-1902).
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