La cuadra C. 17 S. 300 lleva en el plano de Careaga de 1883 la denominación de S. Sebastián, formando una plazuela, que ocupa la mayor parte de la manzana situada al Oriente, tal como ya se ve en el plano de Medina (1754), y Veytia (1780) conoce esa plazuela por “no pequeña”. En 1883 la compró Mariano Rosete Sandoval para construir allí la casa del rancho de S. Sebastián Rivadeneyra, que formó de las huertas sitas al Poniente de la C. 15 Sur (Colonia). (véase C. B. Juárez.).
El templo de S. Sebastián está enfrente. Según la tradición, había aquí primero una capilla de Sta. Agueda, hasta que se demolió para edificar la iglesia de S. Sebastián. Veytia añade que entonces el retablo de la ermita se trasladó a la iglesia de S. Matías. Sin embargo, en el siglo XvI, ésta aún no existió. Para la construcción del nuevo templo, el Ayuntamiento concedió el sitio, “sobre una peña”, en 1547, habiéndose elegido a S. Sebastián por abogado de la Ciudad contra la peste en el mismo año. Desde ese tiempo data la costumbre, conservada hasta hoy, de ir en romería al templo el día de su fiesta, el 20 de enero. Antes participaban de la procesión que salía de Catedral, los dos Cabildos, pero ya en tiempos de Veytia (1780) sólo lo hizo el Cabildo eclesiástico. El santo se venera como patrono contra la peste, porque en el siglo VII, cuando una terrible epidemia asolaba a Roma, se supo por una revelación que no cesaría hasta que en la basílica de S. Pedro ad vincula se erigiese un altar al glorioso mártir S. Sebastián: fabricáronlo luego, trayéndose a Roma sus reliquias, con lo cual se acabó la plaga.
En el testamento del obispo Gómez (1562-71), del año de 1570, se llama a nuestro templo la iglesia de S. Sebastián y S. Fabián: Los dos mártires tienen su fiesta en el mismo día.
En 1602 los regidores, a petición del Cabildo eclesiástico, concedieron una ayuda pecuniaria para terminar la construcción, y en 1610 expidieron el título de propiedad de la plaza y del cementerio en favor de la doctrina (administración parroquial) de los religiosos agustinos. El templo se dedicó en 1629. En 1640, cuando se quitaron las doctrinas a los conventos, la parroquia se trasladó de Santiago a S. Sebatián. Hallándose arruinado el templo a mediados del siglo XVII, lo reedificó la Ciudad, por conducto del alguacil mayor Alonso Raboso de la Plaza, y se bendijo en 1675. Quedó cubierto de vigas, artesón y tejas, hasta que, estando otra vez deteriorado, lo techó de bóvedas el obispo Abreu (1743-63), en 1748. Esta iglesia era la última en Puebla, que teniendo antes techo plano, fue cubierta de bóvedas. En 1812, pocos meses antes de despoblarse el barrio de S. Sebastián por la epidemia, su parroquia se unió a la de S. Marcos. El templo tuvo culto y jubileo hasta 1862, pero fue demolido enteramente antes del sitio de los franceses. Muchos años después comenzaron a hacerlo de nuevo, mas ha quedado paralizada la obra; hoy forma una ruina pintoresca.
En el Libro 10o. de los Censos (1584-89) se menciona “la ermita de S. Sebastián” como final de la Av. 5 Poniente, el barrio del mismo título como término desde la Av. 3 Poniente en el Sur hasta la Av. 6 Poniente en el Norte, pero en el Libro 20. (1590-1600), desde la Av. 7 hasta la Av. 4 Poniente, perteneciendo el final de la Av. 6 Poniente ya al barrio de S. Pablo. El cementerio o “cimenterio” (1709) de la ermita estaba ubicado en la Av. 3 Poniente (1675), el templo, al que en 1675 se le llama también “iglesia parroquial”, se designa en 1735 por “la parroquia antigua” del barrio de S. Sebastián, probablemente por haberse trasladado la parroquia a otro templo durante su restauración.
Cerón Zapata (1714) refiere que una de las visitas o ayudas de la parroquia de S. Sebastián era “la ermita pegada a su iglesia, llamada S. Diego”. Sabemos por Veytia (1780), que del templo principal la separaba un callejón de poco más de 3 varas de ancho y que los naturales cuidaban de ella. Desde 1762 estaba medio arruinada. un siglo más tarde, habiéndose derribado la iglesia de S. Sebastián en 1862, se reedificó la iglesita de S. Diego, que fue estrenada en 1874, el 20 de enero, fiesta de S. Sebastián. Veytia cree que el barrio de S. Sebastián se llamaba antiguamente de S. Diego de Buenavista, lo que parece poco probable. La adición de Buenavista se debe a una huerta vecina, de que tratamos en otro lugar (C. buenavista), y se empleaba para diferenciar esta capilla de las otras dos del mismo título, S. Diego Aquilantlan, situada al Norte del molino de S. Antonio, y S. Diego el Pobre en el Alto. La ermita se construyó probablemente después de 1640, cuando la iglesia de S. Sebastián se convirtió en parroquia para los españoles, necesitándose un templo separado para los naturales. Estando dedicada a S. Diego de Alcalá, es seguramente no anterior a la canonización de este santo franciscano (1588).
Las cuadras 1300-1700 se titulan Calles 1a., 2a. y 3a. de la Cruz en el padrón de 1813, y de la cuadra 1900 Calle 3a. de la Cruz de S. Sebastián en 1901.
La C. 17 Sur siempre servía de comunicación entre los barrios de S. Sebastián y Santiago, que pertenecían a la misma parroquia, hallándose interrumpido el tránsito en la C. 15 Sur por dependencias del matadero, como se ve en el plano de 1754. Por lo tanto se les llamaba a esas cuadras Calle derecha que sale para la iglesia de S. Sebastián (1728).
En el padrón de 1832 las cuadras 1500-1700 llevan la denominación de Calle que va a S. Sebastián. En el plano de Careaga de 1863 las cuadras 1500-2100 se titulan Calles de S. Sebastián, en el padrón de 1902 las cuadras 500-2100 Calles 1a.-6a. de S. Sebastián. En el plano de 1883 falta el nombre. La cuadra 2100 figura en los padrones de 1790 y 1832 como Calle de la Noria, por conducir a la hacienda y molino de ese nombre, mencionado como rancho en 1721. En un padrón de 1844 la cuadra 1900 se denomina Calle de las Carretas, y la cuadra 2100 Calle de las Pajaritas (véase C. Silencio). Carril de S. Sebastián (cuadra 500) se escribe en 1902, la cuadra 2300 se titula Carril de la Noria en el padrón del mismo año. El nombre oficial de Calle de la Camelia se registra desde 1902.
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