Portal de Iturbide. Calle del 16 de Septiembre 100

La primera iglesia parroquial de Puebla estuvo en la mitad de esta cuadra. Según Veytia,  lindaba con las paredes del templo el solar en la esquina de la actual Av. Reforma 100, el cual en 1533 se concedió al primer corregidor (alcalde mayor), Hernando de Elgueta. También conoce Veytia el nombre del primer propietario del solar en la esquina de la Av. 3 P. 100,  Alonso González. Después de edificada la Iglesia Mayor, la primera catedral, en 1537, el sitio de la parroquia primitiva, 4 solares, se vendió, en 1549, al maestrescuelas Juan de Velasco (tenía su dignidad ya en 1547 y murió hacia 1579). Mucho más tarde, según una tradición que refiere Cerón Zapata, se encontraron, al abrir un pozo en una de las casas de este Portal, varios esqueletos humanos. Horrorizado el dueño, un mercader, se dirigió a un sacerdote de la catedral que le calmó, explicándole que allá había estado la primera parroquia en la que se enterraron los restos de los primeros vecinos de la Ciudad. Los amigos del mercader, burlándose de sus temores infundados, le escribieron, por chanza, el siguiente billete:

Jamás llegué, Sebastián, 
a presumir ni entender 
que de comprar y vender 
vinieseis a sacristán.

Dejad de formar barruntos, 
si se vende, o no, en la tienda, 
cuando os espera la ofrenda 
de todos vuestros difuntos.

La licencia para hacer portales en este lado de la Plaza Pública se dió en 1533,  quedando el templo en medio. A esta circunstancia se atribuyó en el siglo XVIII el estar el techo y suelo del extremo Sur del portal más bajo que el resto. Hoy lo es todavía el techo del portal que corresponde a la casa de la esquina de la Av. 3 P. 100.

Según los Libros 1o. y 2o. de los Censos (1584-1600) estaban aquí los Portales de los Mercaderes. También en México se hallaba el Portal de los Mercaderes al lado Poniente de la Plaza. Después se dijo Portales de la Catedral. Cerón Zapata (1714), al referir aquella anécdota dice Portal de los Libreros. Bermúdez de Castro (1746) escribe: “El Portal que llaman de los Libreros y hoy de Borja por haber tenido en él una imprenta Juan de Borja Infante.” Ya en 1696 se habla del Portal nuevo que llaman de Borja”, y desde 1715 hasta 1852 se dice invariablemente Portal de Borja.

Un librero, Diego López, vivió desde 1613 en la actual C. 16 de Septiembre, probablemente en este Portal. Murió en 1636.

Libros impresos en Puebla se conocen desde 1640. Uno de los primero impresores fue Juan Borja Infante, “impresor y mercader de libros en los Portales de la Catedral”, que trabajó en 1654, 1655 y 1685 y murió el 11 de octubre de 1690. Se cita como “maestro librero” en 1656. La viuda de Juan de Borja y Gandía imprimió desde 1656 hasta 1682. Diego Fernández de León, mercader de libros, tenía su imprenta de 1683 a 1685, “debajo de los Portales de la Plaza”; en 1686, “en la Calle de Cholula, esquina de la Plaza”; en 1688, “en la Plaza, junto a la Catedral”; y de 1690 a 1707, en el Portal de las Flores, hoy de Morelos. En el Portal de Borja encontramos después la imprenta de Francisco Javier de Morales (1723-36); en la Calle de Cholula, la de José Pérez (1701-11); en el Portal de las Flores, las de los capitanes Juan de Villareal (1695-97) y Sebastián de Guevara y Ríos (1701-4). El taller de Fernández de León en el Portal de las Flores pasó a poder de Miguel de Ortega y Bonilla (1712-13),  regenteándolo su viuda Manuela Cerezo de 1715 a 1758, y sus herederos hasta 1777. Cristóbal Tadeo Ortega y Bonilla, probablemente su hijo, trabajó de 1746 a 1769. Desde 1777 hasta después de 1820 perteneció la imprenta a Pedro de la Rosa, que casó con un miembro de aquella familia y cuya hija fue María Manuela de la Rosa y Ortega. A don Pedro perteneció también el rancho S. Francisco Xonacatepec, sito al oriente del Puente de Nochebuena y que hoy lleva su nombre. La imprenta la adquirió el prebendado Mariano González Cabofranco, comisario del Hospital de S. Pedro, que a su muerte la legó a ese instituto. El citado prebendado es tal vez idéntico con Mariano José Cabofranco Angulo y Castro, que fue medio-racionero en 1807, racionero en 1811, canónigo en 1820, y murió en 1832. La imprenta del hospital de S. Pedro subsistió en 1838, pero ya no en 1852. Tal vez sea idéntica con la Imprenta antigua en el Portal de las Flores, en la que se imprimieron decretos del Gobierno hasta el 18 de agosto de 1847. En el propio año trabajó para el Gobierno la Imprenta de Atenógeno Castillero, Portal de las Flores. En la casa núm. 8 del Portal de Morelos estaba en 1857 la imprenta de Macías.

La imprenta del colegio de los jesuitas de S. Ignacio trabajó de 1758 a 1768, pasándose después de la expulsión de la orden (1767) al Seminario Palafoxiano, donde estuvo de 1769 a 1795. De 1819 a 1821, el prepósito de la Concordia, Joaquín Fúrlong, tenía una imprenta en su establecimiento, donde se imprimió el plan de Iguala; vendiéndola a Iturbide.

Agustín de Iturbide, cuyo nombre lleva el Portal desde 1852, es el protagonista en una de las escenas inolvidables de esta Ciudad. Como jefe de las tropas que habían secundado el Plan de Iguala del 2 de marzo de 1821, Nicolás bravo, el 17 de julio, celebró un armisticio con el comandante de Puebla, Ciriaco del Llano. Gracias a los términos conciliadores de las Tres Garantías y a la conducta del ejército bien disciplinado, los mismos españoles, disgustados en parte por la Constitución liberal que las Cortes habían restablecido el año anterior, comprendieron que la causa de España ya no podía sostenerse. El 28 de julio, después de la llegada de Iturbide, primer jefe del ejército imperial de las Tres Garantías, se firmó la capitulación, según la cual las fuerzas españolas evacuarían a Puebla para embarcarse para España. Las tropas expedicionarias, como desde entonces se llamaban, salieron el 1° de agosto, y al día siguiente, Iturbide hizo su entrada solemne, hospedándose en el obispado. El domingo, 5 de agosto, la Ciudad juró la independencia. En las casas del Cabildo, delante de un altar con el Crucificado, recibió Iturbide el juramento del primer alcalde Carlos García, preguntándole: “¿Jura vuestra Señoría a Dios y por los Santos Evangelios estar por la independencia del Imperio Mexicano bajo el plan leído, observar la religión católica apostólica romana sin mezcla ni tolerancia de otra alguna, sostener en todo la sola unión íntima entre americanos y europeos?” Habiendo tomado el alcalde el juramento a los regidores, Iturbide se asomó a los balcones que caían a la Plaza blica, se leyó el plan y se tomó el juramento al público. La misma ceremonia se repitió desde los balcones del Palacio Episcopal y del colegio del Espíritu Santo, en imitación de la jura del rey. En la casa de la Calle de Morados núm. 10  (Av. 7 Or. núm. 2), hay una placa que dice:

EN ESTE DEPARTAMENTO DEL ANTIGUO PALACIO EPISCOPAL ESTUVO HOSPEDADO EL LIBERTADOR DE MÉXICO DON AGUSTIN DE ITURVIDE QUE ENTRO EN PUEBLA, AL FRENTE DEL EJERCITO TRIGARANTE EL 2 DE AGOSTO DE 1821, HACIENDOLA INDEPENDIENTE, ANTES QUE NINGIUNA OTRA CAPITAL DE PROVINCIA EN LA NUEVA ESPAÑA. CENTENARIO DE LA INDEPENCIA 2 DE AGOSTO DE 1921.

Según otra tradición, Iturbide se hospedó en la Casa del Mendrugo, en la Calle de la Palma.

Otros nombres oficiales de la cuadra son Portal Bravo (1915 y 1922), y Portal de Aquiles Serdán, en la nomenclatura de 1917.

Portal de Iturbide. Fot. D. Honorato Hernández.

 La casa núm. 7 que hoy llama la atención por su terraza y esbelta torrecilla, antes perteneció al convento de Sta. Catarina, lo mismo que las casas siguientes hasta la esquina de la Av. Reforma. En 1852 estuvo allí la cerería de Ignacio Gómez Ligero, que además tenía una velería en la Calle de Victoria y una fábrica de vidrio en la Calle de Iglesias. En 1856 se adjudicó la casa del Portal Mariano Gómez Ligero, quien la vendió en 1877, pero la adquirió de nuevo en 1888 y la reedificó. Como él y sus dos hermanos, todos solteros, se distinguían por sus costumbres algo raras, se hicieron los siguientes versos: 

"Portal sobre Portal, Columnas de cantería, Arriba dos leones flacos, En medio tres viejos verdes, Y abajo una velería, Que por apodo le dicen: Espléndida cerería."

El expendio existió hasta por 1918.


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