El barrio, conocido desde fines del siglo XVII por el de Oaxaquilla, se denominaba, en el siglo XVIII, igualmente el Parral. Así, por ej., citase en 1763 “el barrio el Parral que llaman de Oaxaquilla” como extremo occidental de la Av. 11 Poniente (‘Calle que sube de la Puerta Reglar de Sta. Inés”). La Av. 7 Poniente se denomina en 1814: “Calle de la Concepción para el barrio de Oaxaquilla o Parral”; en 1782: “Calle de la Concepción al Parral”. Respecto de esta Av. 9 Poniente se escribe en 1792: “Calle de la Veracruz, que sube de la Portería de Sta. Inés al Matadero de la Vaca en el barrio que nombran del Parral"; semejantemente en 1816 y 1825. En las Ordenanzas del Flon (1796) se titula a todo el arrabal Barrio del Parral, y como Parral figuran la C. 9 S. 700 (Ranas) y la Av. 9 P. 700 (error por: Av. 11 P. 900). Plazuela del Parral se llamaba también parte del terreno del actual Paseo Bravo (véase éste).
En 1791 se citan; la Calle del Parral de Abrego y la Calle del Parral de Pacheco. El Mesón de Abrego en el Parral se menciona en 1823; estaba en una cuadra del Norte a Sur. En la segunda calle probablemente esta Av. 9 P. 900, vivía en 1791 Josefa Pacheco, esposa del labrador Antonio Toledo y tal vez la dueña así del citado Parral como de la huerta de la Pacheca en la Avenida Carlos Pacheco. Parece que más al Sur o Poniente estaba la Calle de Chanchi (1791).
En el Padrón de 1832 esta cuadra se llama Calle del Mesón, nombre que en las Ordenanzas de Flon (1796) atribuyen (¿por error?) a la Av. 7 P. 700 (J. Múgica); en el padrón de 1844, Calle del Mesón Viejo. A José de Santiago Ramírez, dueño de los Mesones de Oaxcaquilla, se vendieron 5 pajas de agua en 1734, cuando se puso el agua al barrio de Santiago. Como el Mesón de Chepe (José) de Santiago, situado en la Plazuela de los Locos, mirando al Norte, lo citan en 1813. Con el nombre de Mesón de Oaxaquilla se lo menciona de nuevo en 1789 y 1808; subsistió en 1855, aunque en los 30 años anteriores había estado muy abandonado.
Ya en 1828 describen el sitio donde después se construyó la calera, como “el paraje que nombran el Parral, saliendo de la Plazuela de S. Agustín para el rumbo de Cholula, el que se halla aislado por todos vientos, y en el que, al parecer, hubo mesón en otro tiempo según las ruinas que presenta”. Según el padrón de 1832, había en esta cuadra una casa del capitán Quintero, ruinas y otras casitas del hospital de S. Pedro, las únicas construcciones de toda la manzana.
Calle del Parral es el nombre de la cuadra en los planos de Ordóñez (1849), de la Guía de 1852 y desde los planos de Careaga (1856-1883) en adelante. Los extremos occidental y oriental se denominan Callejón del Parral en 1896, con la calera, núm. 1, y el mesón de Mariano Rosete, núm. 7, casa que fue propiedad de la familia ya en 1883.
Al Poniente del mesón estuvo antes de 1883 una plazuela (véase C. J. Méndez), que se llama Plazuela del Parral en el padrón de 1832. Por eso dicen al extremo Poniente de esta cuadra Plazuela del Parral aún en el padrón de 1902.
El resto de la manzana, la parte más grande, se titulaba el Parral. Por ejemplo escriben en 1883 que la calera está "sita en el antiguo Parral", y en 1901 se menciona "el terreno El Parral, ubicado atrás de las casas núms. 5 (907 y 909) y 7 (911) y lidiando con la calera y la Av. 11 P. 900. Perteneció a Tiburcia Roldán de Rosete, esposa de don Mariano y dueña del mesón en la Plazuela de S. Agustín (véase C. J. Ordóñez). Después de su muerte (1891), fue la Concepción Rosete (hasta 1911).
En el plano de Ponce (1856) dicen a la cuadra Calle de la Calera; el horno, situado en la acera Sur, fue construido, poco antes de 1846, por Diego Fúrlong, hermano de los gobernadores, en la finca del capitán Quintero, la que había adquirido hacia 1833. En 1853 contenía 3 hornos: "dos grandes para quemar con leña, otro mediano con carbón". Se la menciona en 1871 como la Calera de Fúrlong, en 1911 como Calera del Parral; en 1906 y en adelante la titulan Calera de Sta. Ana.
En el asedio de marzo de 1856 los sitiadores ocuparon esa calera para hospitalizar desde allí al convento de S. Agustín. En el sitio de 1863 se convirtió en el fuerte de Morelos.
La Plazuela al Norte de esta cuadra está marcada en el plano de Medina (1754). La atravesaba un camino que salía de la Plazuela de S. Agustín y se unía al que iba para Cholula. En 1846 había fresnos en esta Plazuela de los Locos, nuevamente plantados por Diego Fúrlong, junto a su calera, de que se quejaban por impedir el tránsito. En la maqueta del Museo se ven estos árboles; además hay allá una fuente. En 1911, al agrandar el mercado, se puso la fuente que habían quitado de la Plazuela del Carmen. Esta fuente no duró mucho. El actual edificio del mercado se construyo en 1932-33.
En 1754, según el plano de Medina, existía la manzanita al Poniente de la Plazuela, pero al Oriente había sólo una casa aislada en la esquina de la Av. 7 P. 900 (Oaxaquilla) a la C. 9 S. 700 (Ranas).
La Plazuela se llama:
1o. Plazuela de Oaxaquilla, en 1747, 1806 y 1856.
2o. Plazuela del Parral, en 1789, 1819,1864, en el plano de Soto (1915) y en el uso corriente. Los dos nombres: “Plazuela del Parral o (!) Oaxaquilla” se leen en un asiento de 1857.
3o. Plazuela de los Locos, en el padrón de 1832, en 1840 y 1858, en la Guía de 1852, los planos de Careaga (1856-1883) y en Campos (1885). Este nombre de los Locos, con que se designa también la parte oriental de la Av. 7 P. 900 (Oaxaquilla), en 1832, se debe a una pulquería, que se menciona en 1819. En 1849 se vendió, por $50, “un sitio en la Plazuela del Parral, conocido con el nombre de Pulquería de los Locos, y en el que puntualmente estuvo en cierta época el referido establecimiento, cuyo terreno da frente al Oriente”. Era de 57 x 9 varas. Los títulos primordiales se perdieron durante la invasión norte-americana. El mismo terreno se cita en el acta del Cabildo del 30 de abril de 1856. Parece tratarse de la parte saliente de la finca ocupada hoy por la capilla y la ruina.
(También en México había un Callejón de los Locos, sitio cerca de las pulquerías de Sancho Panza y el Jardín, donde hoy está la Plazuela Garibaldi.)
4o. Plazuela de Iturbide, el nombre oficial que en 1890, por acuerdo del Cabildo, se puso a la “Plazuela de Locos”.
5o. Mercado de Miguel Bravo, según una de las dos placas en la esquina Sudoeste, y en Camarillo.
Creyendo que fue en este sitio donde fusilaron al Gral. Miguel Bravo, error causado por el nombre del Parral, que antiguamente se daba también a una parte del actual Paseo Bravo, pusieron en la pared del Oratorio una placa de bronce que reza: En esta plazuela fue pasado por las armas el 15 de abril de 1814 el heroico brigadier insurgente D. Miguel Bravo. Se colocó esta placa por iniciativa de la prensa de Puebla, siendo Gob. del Edo. el C. Gral. Juan A. Hernández y Pte. Mpal. el C. Andrés Matienzo. 15 de abril de 1914. (Hernández fue gobernador interino desde principios de febrero hasta el 14 de julio de 1914; dimitió a la caída del presidente Victoriano Huerta.)
6o. Mercado de Nicolás Bravo, según la inscripción en la fachada del edificio del mercado.
En 1860 el presbítero Luis de la Torre empezó a levantar en la parte Norte de la acera Poniente de la Plazuela un majestuoso templo, dedicándolo al Sagrado Corazón de María. Pero nunca se concluyó, teniendo hoy el aspecto de una vasta ruina. Interinamente edificó el infatigable sacerdote al Sur de la iglesia en construcción un oratorio, igualmente bajo la advocación del Corazón de María y que se estrenó en 1886. Además instaló, en 1887, junto al oratorio un colegio del mismo nombre, sosteniendo por él mismo y a cargo de las Hermanas Guadalupanas, asociación fundada por el propio sacerdote. Este murió en su colegio el 15 de julio de 1911.
La advocación así del oratorio como la escuela —que vulgarmente se llaman del Parral—, la substituyó el fundador por la de Ntra. Sra. de la Esperanza en Pontmain, bajo la que se venera a la Virgen en el oratorio desde 1891. Su origen es el siguiente: el 17 de enero de 1871, las avanzadas del ejército alemán habían penetrado hasta los pueblos inmediatos a la aldea de Pontmain, en el arzobispado de Rennes, provincia de la Bretaña, en el Norte de Francia. A las 5 de la tarde vieron niños sobre el tejado de un vecino la aparición de la Virgen, vestida con un traje azul salpicado de oro. La visión desapareció a las 9 de la noche, habiendo quedado invisible a los ojos del cura y de los otros adultos. Los franceses erigieron en aquel lugar un suntuoso templo, en que se venera una imagen de la Santísima Virgen bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Esperanza. Han organizado devotas romerías para interesar a la patrona en favor de su nación.

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