En 1538 el Ayuntamiento donó un sitio a su primer alcalde mayor Hernando de Elgueta para edificar una ermita en honor de S. Blas. Este terreno estaba situado “entre los caminos de Cholula y México”. El camino de Cholula es la actual Av. de la Reforma, y el de México, la Av. 2 Poniente, lo que aún hoy se comprueba por la ubicación de la Garita de México, que está en la prolongación de esa Av. 2 Poniente. En el sitio citado construyó después el alférez Antonio Sardo una ermita, dedicándola a S. Luis y S. Antonio Abad. Estaba en esta cuadra, aunque no en la esquina. Habiéndose determinado que la letanía o procesión de rogaciones que el día de S. Marcos salía de la Iglesia Mayor, viniese a esta ermita, el obispo Romano (1578-1606) comenzó a erigir junto a la ermita una iglesia con la advocación de S. Marcos, la que, en 1604, cedió a las religiosas carmelitas descalzas. Estas habían llegado acá para fundar un convento, y luego compraron la casa en la esquina de la Av. 2 P. 700 (Rastro), pero ya en 1607 se trasladaron al sitio donde construyeron su convento definitivo de Sta. Teresa. El sucesor de Romano, el obispo Alonso de la Mota, en 1622, fundó el colegio de S. Ildefonso, dejando intactos los templos anteriores.
Estos estuvieron más tarde a cargo de la cofradía de la Sangre de Cristo que terminó la construcción, uniendo los templos, de manera que, aún en 1780, la ermita formaba una capilla interior, dedicada, como antes, a Antonio Abad. Concluída la iglesia en 1675 y bendicha en 1676, se la designó para ayuda de la parroquia de Sagrario, lo que se verificó por el obispo Santa Cruz (1676-99), quien en 1698 puso allí un vicario, hasta que, en 1769, el obispo Fabián y Fuero (1765-73) la erigió en parroquia independiente. En la parte baja de la fachada, al Poniente de la torre, se lee: “AÑO DE 1797”. Arruinada su torre — en el plano de 1754 se ven dos, pero una podría ser la de S. Ildefonso; en el plano de 1807 hay una — durante el sitio de 1834, lo mismo que la de S. Roque, se estrenó la nueva torre en 1835 o 1836. “La puerta del costado de la iglesia del evangelista S. Marcos” se menciona como situada en esta cuadra en 1788. Hoy la puerta ya no da entrada al templo.
Para Ntra. Sra. del buen Suceso v. Apéndice.
La cuadra se llama: Calle del Costado de S. Marcos en el padrón de 1791, las Ordenanzas de Flon (1796), el padrón de 1832, el plano de Ordóñez (1849) y en 1894; Calle de la Sacristía de S. Marcos en 1826, en la Lista de 1850, en 1858, y como segundo nombre, en la nomenclatura de la Guía de 1852 y en el padrón de 1902; Calle de S. Marcos en 1805, los planos de la Guía de (1852), de Ponce (1856), de Careaga (1856-1883), de Vidaurri, el Croquis Azul y en Nieto.
Calle del Curato de S. Marcos dicen en 1862 y en el plano de 1908. “La vivienda de los curas”, sita en la mitad de la cuadra, la menciona Veytia (1780); en 1832 el edificio, llamado Curatal, era propiedad particular del cura.
Calle del Cuadrante de S. Marcos es el nombre en 1885, 1896, en el plano de Soto (1915) y Camarillo. La palabra cuadrante en la acepción de ‘oficina donde se asientan las partidas de bautismo y casamiento’, es un provincialismo mexicano. Encima de la puerta del curato, núm. 4, se lee Entrada al Cuadrante. En México había, en 1867, las Calles del Cuadrante de S. Miguel y de S. José.
En la casa de la esquina de la Av. 2 P. 700 (Rastro), llamada la Casa del Zapote, fundó, el 1o. de septiembre el 1879, el Lic. Joaquín Valdés Caraveo, en unión de otros vecinos, el Asilo de Mendigos, que en 1888 se trasladó a la Calle de la Portería de Sta. Inés. Desde 1892 el edificio sirvió de Casa de Corrección, destinada a la regeneración de pequeños criminales, siendo al mismo tiempo albergue para jóvenes disipados y pródigos que la autoridad paterna condenada temporalmente a una forzada reclusión. Contenía varios talleres. En el Zaguán hay una placa que dice: "EL 24 DE JUNIO DE 1892 SE INAUGURO ESTA CASA DE CORRECCIÓN SIENDO GOBERNADOR DEL ESTADO EL C. GRAL. ROSENDO MARQUEZ Y SRIO. DE INDUSTRIA Y POLICIA LIC. JOSE DE JESUS LOPEZ." Anteriormente el instituto se hallaba en la Calle de las Ventanas y desde 1921 está en la Penitenciaría.
En lo antiguo llamaban a esta cuadra o a la contigua C. 9 S. 100 (Loros) Calle del Agua, pues en 1687 citase una “casa junto a la iglesia de S. Marcos, esquina de la Calle de Cholula y de la Calle del Agua”. Para señalar la misma esquina de la C. 9 N.-Sur, escriben en 1706: “Calle que va del agua del barrio de S. Pablo al portal de la Plazuela de S. Agustín.” De esto se desprende que el nombre se debe a derrames de agua sulfurosa que corrían por ella. Cerón Zapata (1714) refiere que antes el agua del ojo de S. Pablo (véase C. B. Juárez) hacía inhabitable ese paraje, y aún a principios de siglo pasado venía por la Calle de Guadalupe un derrame del citado manantial, que, inundando el cementerio de S. Marcos, daba vuelta a la C. 9 Sur. Pero también desde el manantial de S. Juaniquito, que se utilizaba en el molino de S. Francisco, iba un derrame por esta C. 9 N.-Sur. En 1833 se quejan los vecinos del barrio de S. Ramón de que “desde la Calle del Ranchito de que (C. 9 N. 2200) corre agua hasta la Plazuela de S. Agustín formando un río… Cuando cesa de correr, deja un olfato desagradable. Habiéndose mojado algunos sacerdotes que iban a confesar a enfermos durante la noche, están resueltos a no volver a salir a esas horas.” Era “agua azufrosa que despedía la cañería de dicha calle”, perteneciente al molino de S. Francisco, así como otros derrames que servían para el riego de los ranchos de Toledo y del Carmen. Para atravesar el agua, había un galápago o puentecillo puesto sobre el “acueducto” en la esquina de la Calle de la Canoa. Un obstáculo para el tránsito (1821).
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