Calle de los Gallos. Avenida 6 Poniente 300

9uhEn 1733 esta cuadra se llama  Calle del Pitigua, y desde entonces se encuentra el nombre a menudo, en varias formas: Pitigua (1745 y 1845), Pitigua (1798), Pitihuá (1799 y el padrón de tiendas de 1816), Pitiguao (1744, 1805 y 1806), Pitiguado (1789, 1812, 1815, 1818 y 1824), Pitihuado (1823 y 1827), Pitihuahu (1805). Origen y significado de esta palabra son desconocidos. 

En las Ordenanzas de Flon (1796) y en todos los padrones y planos posteriores la cuadra lleva el nombre de Calle de los Gallos. La renta real de naipes y ramos anexos comprendía también el juego de los gallos. La licencia, llamada asiento, se vendía por remate a un asentista (arrendatario), generalmente por quinquenios, siendo de su cuenta gastos y utilidades. El producto de esa renta era considerable para el rey, pero para el público la diversión degeneró en perversión perjudicialísima, fomentando la ociosidad y ocasionando varios desórdenes. 

El obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz y Sahagún (1676-99) fue el primero en la Nueva España que combatió este juego. Indemnizando por propia cuenta al asentista, prohibió las lides de gallos en toda su diócesis, en 1685. El arzobispo de México y el mismo virrey conde de Monclova (1686-88) siguieron su ejemplo, hasta que se consiguió que el rey las prohibiera en ambos obispados (1696).  Pero debido a las intrigas de los asentistas de naipes que apetecieron también este asiento, se canceló la prohibición por real cédula en 1730.

El primer palenque o plaza de gallos estuvo en la Calle de los Carros (Av. 12 Or. 1), de donde se trasladó, antes de 1740, a la Av. 12 P. 100 (Caporala). Allá quedó hasta después de 1775. En 1777 hallamos el 3er. Palenque en la C. 4 N. 1000 (fábrica de Loza), y desde 1789 el 4o. en esta Av. 6 P.300, escribiéndose en este año: “Calle del Pitiguado, donde está el palenque de los gallos.” 

En la maqueta del Museo Regional se ve que el edificio se hallaba en la manzana al Sur de esta cuadra y tenía un techado de a dos aguas, con su caballete de Norte a Sur. En 1832 y 1852 “el asiento o lid de gallos” era propiedad de Miguel Tello de Meneses; estaba construido de madera, con capacidad para 1200 personas. Luego se lo transformó en un teatro, titulado de los Gallos (1856 y 1863) del Genio (1864). Después de la muerte de don Miguel, lo vendió su hija Guadalupe Tello (1864). Entonces la casa tenía el núm. 13. Se incendió durante el sitio de 1867, y a pesar de las “reposiciones”, de las que se habla en la inscripción del 17 de mayo del mismo año, parece que no se abrió de nuevo, probablemente por haberse construido al propio tiempo el teatro Guerrero. 

En 1855 se menciona una Plaza de Gallos de los Pescaditos, ubicada en la Calle del Río de la Madre.

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