Siguiendo la tradición, Cerón Zapata refiere que ya antes de la fundación de Puebla, Esteban de Zamora, vecino de Tlaxcala, y su deudo Pedro Jaímez, herrador de profesión, se habían establecido en esta calle, en el sitio que después ocuparon los dos mesones, instalando el primero “una venta o ventorrillo, que así nombraban a las casas de posada en los caminos”. Sin embargo, consta que antiguamente el camino de Veracruz a México no pasaba por Puebla, y que, en él, dentro del territorio de Tlaxcala, ya se habían hecho ventas, para cuya construcción y mantenimiento los naturales tenían que prestar servicios tan pesados, que prefirieron abandonar sus hogares, despoblándose toda esa región. El obispo de México, Juan de Zumárraga, declaró en un interrogatorio (1534) que la Puebla de los Angeles “no estaba en el camino real de la Veracruz para México, (pero) que se puede abrir el dicho camino e aun, cuando partió (en mayo de 1532) para estos reinos, se comenzaba a mudar, e (él personalmente) vino por allí e le pareció que usándose e habiendo las ventas que hay por el otro camino, será mejor que el otro”. El segundo testigo dijo “que no sabe que puedan ir por el dicho sitio de la Puebla de los Angeles a otra ninguna parte si no es de México a la Veracruz y que para ir por allí se apartan del camino el que está poblado de ventas”. El 13 de diciembre de 1532, los franciscanos, en unión de los vecinos de Puebla, se dirigieron a la Real Audiencia, solicitando que aquellas ventas en el antiguo camino se suprimieran, y alegando que “siendo (ahora) el camino por la Ciudad de los Angeles, a nadie se hace agravio por ser tierras despobladas, sino que ya se hacen, (aunque todavía) no son hechas sus ventas, y el camino (el nuevo) es mucho bueno y derecho”; además, la existencia de aquellas otras ventas, dicen, “impide la población de la Ciudad nueva que tanto su Majestad desea sea hecha”. Por consiguiente, la tradición relativa a la venta de Zamora es poco probable. Pero hay que convenir en que Puebla debe su rápido desarrollo en gran parte a su situación entre el puerto y la capital, pasando por ella también el camino para el valle de Oaxaca y para Guatemala. Aunque posteriormente, por los decretos de 1620 y 1634, el gobierno español prohibió el comercio entre sus colonias, especialmente el de México con el Perú, medida que, en 1773, anuló el rey progresista Carlos III, Puebla no perdió su importancia comercial.
Ya en los primeros años, las autoridades españolas se empeñaron en proteger a los viajeros contra una explotación desmesurada de parte de los venteros. Conocemos, por ej., los nuevos aranceles de 1546 que fijaron los precios de alimentos y camas. En aquel año existían en la Ciudad tres mesones: el de los herederos del primer corregidor de la ciudad, Hernando de Elgueta, a cargo de María de Zamora (¿una pariente de Esteban de Zamora?); el de Antón García Endrino, a cargo de Nicolás de Lipar; y el de Gutierre Maldonado, a cargo del mesonero Esteban González de Melo.
Parece que durante el siglo XVI todos los mesones o por lo menos los que estaban dentro de la traza, se hallaban en esta Av. 8 Or. 200, una cuadra de la línea de las calles por donde entraba el camino de Veracruz (Puente de S. Francisco—Alguacil Mayor— Mesones—Sta. Teresa—Sta. Clara—Mercaderes—Plaza Pública), y en la vecina Av. 6 Or. 400 (Mesón Viejo). Según el cabezón de 1616, vivieron en la Av. 8 Or.-Poniente dos mesoneros y una viuda mesonera.
En 1584, la Av. 8 Or.-Poniente se designa por “Calle de los Mesones, que pasa por la puerta principal del Mesón de Cristo con Todos”. Este nombre parece ser tomado de la locución familiar Y Cristo con Todos, con la que se manifiesta, que uno desea que intervenga la paz, y no sé dé ocasión a disturbios ni rencores; por ej. “olvídese de mí; yo haré otro tanto de ud.; pleitos a la mar; y Cristo con todos”. Tal vez fuera ese el saludo, con que el mesonero despedía a sus huéspedes. El citado nombre del mesón se conservó hasta principios del siglo XVIII (1705). En una inscripción de 1711 leemos por primera vez Mesón del Cristo; también se escribía, de 1718 a 1762, Mesón o Posada del Santo Cristo. En el siglo XIX se dice Mesón del Cristo, aún en 1891, después se suceden las denominaciones de Hotel Francés (1903- 10), Hotel Hidalgo (1912 y 1913) y desde 1922 Hotel Nuevo. El nicho, en que antes estaba una imagen de Cristo, subsiste en la azotea, arriba del zaguán. El antiguo mesón era muy grande, ya a fines del siglo XVI llegaba hasta la C. 4 N. 800: en 1718 ocupaba también todo el terreno a su espalda en la Av. 1 Or. 200, donde estaba la casa de habitación de la familia del dueño (1721), y contenía 15 oficinas (1705). Según el padrón de 1832, pertenecían al convento de la Concepción no sólo el mesón, después núm. 18, sino también la casa de la esquina, núm. 20, las dos contiguas en la Calle de Ansúres y las 3 subsecuentes en la Calle de Chihuahua.
Hacia 1620 puso en esta calle el capitán Francisco Vizcaíno “una posada para caballeros y gente de negocios, superior a las simples posadas”, y que podría ser idéntica con el Mesón de Roncal, núm. 12-14, separado del Mesón del Cristo por una sola casa. En 1647, el mesón pertenecía al convento de la Limpia Concepción, al que en ese año lo compraron Luis Roncal Turris y su esposa Catalina García, naturales de Sevilla. De ellos lo heredó su hija Angela de Villanueva Roncal y después de la muerte de ésta, acaecida hacia 1686, su hermano, el Lic. Bartolomé Iturre Roncal, presbítero, que lo vendió a Bernardino Gómez en 1688. El licenciado aparece como dueño de casas en esta calle ya en 1683. La posesión entonces consistía en “unas casas y mesón con 4 viviendas a la calle”. En 1734 perteneció al convento de la Merced y en 1832 al Hospital de S. Pedro, que lo vendió en 1846; entonces eras dos casas. El mesón se denominó de Roncal aún en 1709. Pero habiéndose olvidado que Roncal fue el apellido del antiguo dueño, se decía, tal vez por analogía con el nombre del Mesón del Cristo, exclusivamente Mesón o Posada del Roncal, desde 1732 hasta 1885. Siguiendo la moda europea, introducida por Ignacio Guerrero para su Hotel Universal en la Calle de la Compañía (Jarcierías), el establecimiento se tituló Hotel Nacional (1891-96) y Hotel Juárez (1903-6). Hoy es casa de vecindad.
La casa situada entre los dos mesones perteneció a principios del siglo XIX a María Gertrudis del Castillo y Salazar, conocida por la Madre y dueña de la pulquería en la Av. 4 Or. 1000 (1811 y 1829). En 1850 la citan como casa de 3 órdenes (pisos).Ya en 1746 dice Bermúdez de Castro que la Calle de Mesones “es de las que goza mejores casas de toda la Puebla… las han edificado con tres viviendas en alto, tan firmes y duraderas como ricas y suntuosas”. Entre las otras calles, entonces sólo las de los Mercaderes y Herreros tenían casas con entresuelos. Un siglo más tarde, en 1835, escribe Peña: “Los comerciantes, establecidos en su mayor parte en la Calle de Mesones, llamada por algunos Calle de la Bolsa de Londres, juntaron caudales de $50.000 hasta $500.000.” La casa núm. 6 (206), por ej., pertenecía a la familia Haro.
En 1892 se dio a la cuadra el nombre de Calle de Cosme Fúrlong.
El capitán James (Diego) Fúrlong Downes, oriundo de Belfast, Irlanda, se vió precisado a dejar su patria, para sostener sus creencias e ideales. En Puebla se casó, en 1772, con Ana Malpica (véase C. Malpica) que le sobrevivió (1816), y murió a principios del siglo XIX, antes de 1803. Tenía su casa de habitación en la Calle de Herreros, hoy núm. 23(145). En 1790 se le cita como dueño del molino de Ntra. Sra. de Guadalupe, en el río Alcececa, y de dos de los molinos de Amatlán, el de Enmedio y el “que llaman del Batán”. Tuvo ocho hijos:
1) José Sebastián Fúrlong se menciona como representante de los panadero en 1810 y como el de los comerciantes en 1821. Fue teniente y alcalde segundo de la Ciudad en 1818, y otra vez en 1823, y tercer alcalde en 1824.
2) Tomás Fúrlong, presbítero, fue rector del orfanatorio de S. Cristóbal, mayordomo (ya en 1824) de los conventos de Sta. Rosa y Sta. Inés, y falleció víctima de cólera en 1833.
3) Apolonio Fúrlong, presbítero, fungió de capellán y mayordomo del convento de la Concepción en 1824-35.
4) Diego Fúrlong, construyó la calera del Parral y murió en 1852 o poco antes.
5) Baltasar Fúrlong, dueño del molino de Guadalupe (1829), desempeño el cargo de primer alcalde en 1850 y 1855, y el de prefecto (jefe) político en 1847-48 y agosto y septiembre de 1855. En 1850, desde el 5 de marzo hasta mayo, fungió como gobernador interino durante una licencia de Múgica.- Fue un protector de la Academia de Bellas Artes (1849).
6) Joaquín Fúrlong, presbítero, tenía el cargo de padre prepósito del Oratorio de S. Felipe Neri en la concordia desde 1814 hasta su muerte acaecida en 1852. Dedicóse a mejorar la Casa de Ejercicios de ese instituto y a adornar su templo, y dirigió la reedificación del Hospicio y el establecimiento del campo santo de S. Javier. El 12 de febrero de 1821 se imprimió en su Oficina de Oratorio de S. Felipe Neri el primer ejemplar del plan de Iguala o de la Independencia, llevándose la mayor parte de los ejemplares México.
7) Patricio Fúrlong, y
8) Cosme Fúrlong.
Don Patricio fue nombrado diputado en 1820 para representar a la Intendencia de Puebla en la Diputación, establecida en México según lo dispuesto por la nueva Constitución liberal, dada por la Cortes españolas en Cádiz en 1812 y restablecida en aquel año. Contrario así los deseos del intendente Ciriaco del Llano, que durante la elección tenía ocupado el local, el aula mayor del Seminario Palafoxiano, por toda la guarnición de la Ciudad. En 1821 contribuyó con sus recursos y persona para romper el yugo español. En 1822, siendo coronel del primer regimiento de milicias nacionales, fungió de primer regidor en el primer Ayuntamiento de la época independiente. En 1823 cooperó eficazmente al establecimiento de la Federación. Nombrado diputado al Congreso Constituyente, tuvo el honor de sancionar la Constitución Federal de la República dada el 4 de octubre de 1824. Reelecto al Primer Congreso Constitucional en 1826, luchó con casi la totalidad de la legislatura, defendiendo el dogma de la soberanía del pueblo. Nombrado por tercera vez al segundo Congreso Constitucional, no pudo ocupar su curul por haber sido electo gobernador. Entre tanto el Gral. Vicente Guerrero, el jefe del partido yorkino o liberal, había ocasionado la caída del gobierno de Guadalupe Victoria por la sublevación llamada de la Acordada, a fines de 1828, obligando al presidente electo, el Gral. Manuel Gómez Pedraza, gobernador de Puebla en 1824, a huir al extranjero. En esta crisis don Patricio tomó posesión del poder, sucediendo a Joaquín de Haro y Tamariz, que había sido nombrado gobernador por el Congreso el 29 de octubre de 1828. Durante su gobierno, enero 1829— febrero 1830, procuró promover el aumento de las artes y logró plantear la milicia cívica, de que era inspector desde 1827, y poner sobre las armas 200 hombres que se unieron a las fuerzas del Gral. Santa Anna, para rechazar la expedición española de Barradas, que con 4.000 hombres había desembarcado en Tampico a fin de reconquistar al país. A fines de 1829 se sublevó en Jalapa el antiguo iturbidista Gral. Anastasio Bustamante, cuyas tropas entraron a Puebla el 13 de diciembre. Habiendo derrocado al presidente Vicente Guerrero y asumido el poder, llenó la cárcel de reos políticos. Patricio Fúrlong fué preso durante 8 meses. Desde el 24 de mayo de 1830 fungió de gobernador de Puebla el coronel Juan José Andrade, adicto a Bustamante. Contra éste se pronunció en enero de 1832 el Gral. Santa Anna, vencedor de Barradas. Don Patricio hizo en su favor todos los esfuerzos posibles. Santa Anna invocó la legalidad de Gómez Pedraza, a quien hizo venir del extranjero. El 4 de octubre entró a Puebla después de un combate de 3 horas. Patricio Fúrlong fué restituido a su alto puesto, concluyendo su periódo constitucional. Con ayuda de los miembros del Congreso de 1829 y el Consejo reorganizó la milicia cívica. Llegó Gómez Pedraza, mientras Santa Anna iba a atacar México. Bustamante, habiendo vencido a sus adversarios en el Norte, cayó sobre Puebla para apoderarse de Pedraza. Pero el gobernante, ayudado de un cortísimo número de fieles, rechazó los ataques del Gral. Gabriel Durán en la noche del 5 de diciembre. Santa Anna, levantando el sitio de México, atacó a su vez a Bustamante. Al cabo de rudos combates, cuyo teatro fueron el puente de Cholula y el cerro de S. Juan, Bustamante vióse forzado a pactar, admitiendo en principio la elevación de Pedraza a la presidencia. Este convenio fue confirmado en una entrevista a la que asistió el gobernador Fúrlong y que se verificó en el rancho de Zavaleta, situado entre los puentes de México y de Cholula, al otro lado del Atoyac. Conforme a lo concertado, el Gral. Manuel Gómez Pedraza, el 26 de diciembre, prestó juramento como Presidente de la República en el salón del Congreso, instalado en la antigua Alhóndiga. Según decreto del Congreso del 30 de marzo de 1833, esa hacienda de S. José Zavaleta recibió el nombre de S. José de la Concordia Mexicana.
El 23 de enero de 1833, el nuevo Congreso de Puebla nombró un Consejo, entre cuyos cinco miembros figuró Cosme Fúrlong, hermano de don Patricio. Este último resultó reelecto, tomando nuevamente posesión del gobierno el 1o. de marzo. En el mismo mes decretó el Congreso la erección de un monumento en la Plazuela de S. José para inmortalizar la memoria de Rosainz y otras víctimas del gobierno de Bustamante. El 1o. de abril de 1833 sucedió a Gómez Pedraza el Gral. Santa Anna como presidente, fungiendo como vicepresidente el liberal Valentín Gómez Farías. El 12 de mayo Santa Anna fué recibido con entusiasmo en Puebla y declarado Libertador del Estado por el Congreso local. Entre tanto, el vicepresidente, apoyado por el Congreso de la Unión, inició su programa de reformas, en el sentido liberal, incluyendo la intervención de los bienes del clero, la instrucción pública laica y la supresión de coacciones respecto de diezmos y de votos monásticos. Contra estas innovaciones se levantaron los conservadores, encabezados por los generales Gabriel Durán y Mariano Arista, proclamando dictador a Santa Anna y esperando que éste se le adheriría. Vacilando e indeciso probablemente, Santa Anna cayó en poder de los sublevados, pero se fugó. Arista y Durán atacaron a Puebla, cuyo comandante militar, Lemus, con todas sus tropas se había unido a los alzados. El sitio duró desde el 4 hasta el 10 de julio. El gobernador y el Gral. Guadalupe Victoria dirigieron la defensa y obligaron a los agresores a retirarse.En 1824 vivía en la Calle de Cholula. En el último año de su vida le perteneció una casa en la acera Sur de la Calle de Victoria, y ya antes el molino de Huexotitla.
Cosme Fúrlong, el menor de los hermanos, que había sido regidor en 1827, 2o. alcalde de 1829 y entonces fungió de consejero del Estado, fué nombrado gobernador interino, continuando la política de don Patricio. El 18 de noviembre decretó el Congreso que se pusiera al final de cada oficio del Estado el lema: Dios, Libertad y Federación. El 11 de enero de 1834 Cosme Fúrlong fue declarado gobernador constitucional por el resto del periodo. El 16 se decretó que todas las personas que se hubieran pronunciado contra las instituciones federal, fueran desterradas del Estado por 12 años; el 28 fue clausurado el Eximio Colegio de S. Pablo, por ser contrario a las instituciones del Sagrado Concilio de Trento, quedando en libertad los colegiales para pasar al seminario Palafoxiano, el que pudo disponer del local y las rentas de S. Pablo.
El 18 de marzo se abolió el nombre del Espíritu Santo, que hasta entonces tenía el Colegio del Estado, y se modificó su plan de estudios, suprimiéndose las cátedras de teología, menos las de la Sagrada Escritura y Dogmática. El 2 de abril de 1834 fueron expulsadas por perjudiciales a la pública tranquilidad 20 personas, entre ellas varios canónigos, así como Bernardo Mier, tío de Eduardo Tamariz, el Lic. José Mariano Marín y Francisco Javier Peña, el historiador. El 12 de abril se decretó que “ningún edicto del reverendo obispo diocesano sobre prohibición de libros se pudiera publicar sin aprobación del Congreso”. Se ordenó que los edictos prohibitivos de libros ya expedidos por el diocesano se mandasen quitar de los sitios en que se hallaban fijados y que se recogiesen los ejemplares que se pudieran conseguir. Las autoridades eclesiásticas tuvieron que devolver a sus dueños los volúmenes ya recogidos o entregados. Entre tanto, la exaltación de los conservadores en toda la República había llegado al máximum. Santa Anna se puso al lado de ellos, tomó personalmente el mando el 24 de abril, clausuró el Congreso de la Unión y suspendió todas las leyes anticlericales. fué considerado como libertador de la Iglesia. Pero Cosme Fúrlong, fiel a sus principios, se opuso tenazmente al nuevo régimen. Entró en relación con los gobiernos de los vecinos Estados de Oaxaca y Veracruz para ayudarse mutuamente. El 11 de mayo se pronunció la milicia cívica, acusando al Congreso de tendencias antirreligiosas. Este se defendió el mismo día, protestando sostener el dogma de la santa religión de Jesucristo, y no tolerar en el Estado otra alguna, remediando únicamente los abusos más ostensibles contra las disposiciones conciliares y pontificias. En la noche del 17 de mayo estalló una conspiración, especialmente en los conventos de S. Agustín y Sto. Domingo, proclamando Religión y Fueros (privilegios del ejército y del clero), pero fué sofocada. El 22 de mayo decretó el Congreso se pusiera en defensa la ciudad y que se mandara un oficio al presidente de la República, en que se protestara nuevamente sostener la Religión Católica, Apostólica y Romana, sin tolerancia del ejercicio de otra, y se manifestara al presidente que corría peligro de que los enemigos del sistema federal le atrajeran a su partido. Al mismo tiempo se pidió que todos los que habían tenido empleos en el gobierno de Bustamante, fuesen destituidos de sus cargos. La contestación de Santa Anna fue mandar al Gral. Luis Quintanar, el mismo que había sido jefe de las fuerzas de Bustamante en su ataque contra Puebla en diciembre de 1832, para apoderarse de la Ciudad. El 30 de mayo comenzó el sitio. El Congreso, convocado por el gobernador para sesiones extraordinarias, decretó el 5 de junio: "Se faculta al ejecutivo extraordinariamente en todo ramo por todo el tiempo que duren las convulsiones de la revolución, para que salve las instituciones federales y la soberanía del Estado, aun a costa de cualquier sacrificio.
" Cosme Fúrlong defendió la ciudad durante dos meses, con 3000 soldados y 16 cañones contra los 7000 hombres y 30 piezas de artillería del general conservador; levantando en los sitiados el sentimiento bélico el joven poeta José María Lafragua, hasta el 31 de julio la plaza tuvo que capitular.
El nuevo gobernador y comandante general fue el Gral. Guadalupe Victoria que, desde luego, el 1o. de agosto, anuló todos los decretos de destierro. El 16 de agosto derogó el decreto de la extinción del colegio de S. Pablo, el 15 de septiembre, las reformas respecto del Colegio del Estado y en seguida casi todas las medidas administrativas del gobierno anterior. Se eligió un nuevo Congreso, el 5o. constitucional, que abrió sus sesiones el 19 de octubre, nombrando a un nuevo Consejo de Estado. Entre los consejeros figuró en primer lugar el Lic. José Mariano Marín, el que, por ministerio de la ley se encargó del gobierno el 15 de diciembre y desconoció por decreto de esa fecha la fuerza de ley en las llamadas reformas eclesiásticas expedidas durante el bienio 1833-34 por el Congreso General y por la Legislatura del Estado, manifestando "que los Congresos constitucionales no han tenida más facultades sobre materias religiosas que las que sirvan para proteger y con ningún pretexto para destruir debilitando". Este decreto fue mal interpretado, de manera que el 27 de diciembre se declaró solemnemente que "fue publicado a reserva de lo que el Congreso General tenga a bien resolver según sus facultades". El 10 de enero de 1835 el gobernante publicó un decreto contra libros antirreligiosos, citando entre ellos: "Meditaciones sobre las Ruinas o Las ruinas de Palmira". El día 3 fue nombrado gobernador constitucional el comandante de Puebla, Gral. Manuel Rincón, quien tomó posesión a fines del mes. El día 7 se promulgó en México la ley que derogaba todas las anteriores anticlericales. El 30 de diciembre de 1836 se publicó la Constitución Central, la que se juró en Puebla el 8 de enero de 1837. Según ésta, llamada también Las Siete Leyes, el Estado libre y soberano de Puebla se convirtió en un departamento, cuyo gobernador fue nombrado por el poder central en México. En lugar del congreso había una Asamblea o Junta Departamental, compuesta de 7 miembros, nombrados probablemente por el gobernador.
En esos tiempos Cosme Fúrlong vivía retirado de la política. Había heredado de su madre doña Ana el molino de Enmedio, Amatlán, situado en la desembocadura del río de S. Francisco en el Atoyac. Poseíalo ya en 1829 y luego, imitando el ejemplo dado por Esteban Antuñano, lo transformó en una fábrica de hilados y tejidos. La casa de sus padres, núm. 23(145) de la Calle de los Herreros, pertenecía en 1835 a María del Rosario Fúrlong, que tenía ahí una panadería. En la misma casa se hallaba la librería, así como el almacén de cristalería y quincallería del prepósito don Joaquín, y vivía el presbítero don Tomás. Don Cosme habitaba la casa núm. 9(211) de la Calle de Mesones, donde estableció una tienda de mantas e hilaza (1852).
Hacia 1856 se adjudicó el edificio que hasta entonces había pertenecido al convento de la Concepción. A su muerte poseía, entre otras fincas, también la casa núm. 13 de la Av. 2 Or. 1 (Independencia), esquina de la Calle 1a. de Mercaderes.
En el gobierno liberal de Juan Múgica y Osorio (1848-53), Cosme Fúrlong desempeño varios altos cargos. El 11 de abril de 1848 fué nombrado consejero del Estado por el Congreso, que le eligió senador suplente el 11 de noviembre del mismo año, siendo propietario José María Lafragua. El 6 de diciembre de 1849 fué relecto consejero. También fungió de comandante general del Estado en 1847, durante la invasión de los norteamericanos, así como en 1852. El 5 de febrero de 1853, después de la renuncia de Múgica y en los principios de la dictadura de Santa Anna, se le confirió por segunda vez el gobierno del Estado. El 13 de abril recibió solemnemente al dictador en su paso por Puebla. Fungió hasta mediados de junio.
En su carrera militar fué capitán en 1827 y general de brigada en 1853.
Casó con Da. Rosalía Pescietto, y murió el 21 de noviembre de 1861 a la edad de 62 años, habiendo presenciado el triunfo del partido liberal en la guerra de los Tres Años. uno de sus hijos, don Tomás Fúrlong, vive hoy en la casa de esta calle. Pertenecióle el molino de Enmedio hasta 1920.
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