En el padrón de 1773 esta calle, anotada entre la del Padre Toquero (C. 3 N. 1800) y la del S. Antonio (C. 3 N. 2200), se designa por Calle del Solar; y en 1785 escriben en una casa Calle del Solar; y en 1785 escriben en una casa “en la calle que va de Sta. Rosa a S. Antonio” (C. 3 Norte) está situada “frente del solar que se haya en la cabecera siguiente a la casa de los herederos de Miguel Alfonso Toquero”. Parece que ese solar servía de corral, pues en 1810 se llama a la cuadra Calle del Corralillo: “Calle que rotulan de la Toquero y baja derecho de la del Corralillo para la de los Muñoces.” El nombre de Corralillo se dejaba a varios terrenos y huertas, por ej. A algunos predios situados entre el Carmen y Santiago (1775) y en el barrio de S. Sebastián (1793). Pero en 1822, en los padrones de 1832 y 1902, en la Lista de 1850, en 1861 y 1865, en el Croquis Azul, Nieto y Camarillo la calle lleva el nombre del Coralillo. Sabido es que se pronuncia rr al principio de una palabra y después de las consonantes s, l y n, aunque la escritura exhibe solamente r, por ej. desrizar, alrededores, honra. Así se explican las formas castellanas prorrogar, prorrumpir, prorrata y barbirrubio, que vienen del latín prorogare, prorumpere, pro —rata, barbi— rubius, conservándose en las formas compuestas el sonido de la rr inicial, propio de las palabras simples. Antiguamente, así en este país como en España, se escribía rr en los casos mencionados, conforme a la pronunciación, por ej. la Rrascona, Enrrique, etc. La costumbre de escribir esas palabras con r, introducida en las obras impresas, dió margen a que los escribientes ponían r también en otros casos en que oían rr. Se escribió por ej. “Herera” (1710) en lugar de Herrera, y “calle serada” (1714) en vez de cerrada. No es extraño, pues, que la palabra corralillo pudiera transformar- se en coralillo, primero naturalmente sólo en los documentos, acomodándose la pronunciación a la ortografía incorrecta, bajo la influencia de los nombres de calles que se refieren a tales sabandijas como lagartijas, ranas y sapos. El nombre de la mencionada huerta de S. Sebastián sufrió el mismo cambio de grafía. En un documento de 1824 escriben en el texto: “Huerta titulada El Corralillo”, y al margen, de otra mano: “Huerta nombrada El Coralillo”, leyéndose también en el Registro: “Coralillo”.
Otro nombre de la cuadra fue Calle (2a.) de S. Antonio: “Calle que nombran de S. Antonio..., que va de la Plazuela de S. Antonio para Sta. Rosa, esquina con la calle que sale de la Alameda para la Rinconada” (Av. 20 Poniente; en 1788); “Calle 2a. de S. Antonio o el Coralillo” (1861); en los planos de Ordóñez (1849) y de Careaga (1856-1883): Calle 2a. de S. Antonio; y en el de 1908: Calle de S. Antonio. También el padrón de 1832 comprueba que entonces se usaba la denominación de Calle 2a. de S. Antonio (véase C. Baño S. Antonio). En el plano de la Guía de 1852 las cuadras 1600-2000 figuran como Calles 1a., 2a. y 3a. de S. Antonio, pero habiéndose omitido por equivocación el nombre de Sta. Rosa (1200), se colige que a la cuadra 2000 se debe restituir la denominación de Calle 2a. en vez de “Calle 1a.” (o “3a.”)
El nombre de “Calle del Baño Viejo” que se usa en los planos (1856) y de Rivera (1862), parece que se debe a un error.
En los planos de Ordóñez, de la Guía y de Careaga se da el nombre de Calle del Coralillo a la cuadra adyacente, la parte occidental de la Av. 20 P. 100 (2a. de la Rinconada) A menos que no se trate de una mera equivocación, sino de una tradición antigua, es de inferir que el solar o corralillo, al que las cuadras deben su nombre, estaba situado en la esquina de la C 3 N. 2000 y Av. 20 P. 100.
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