La manzana al Poniente de la primera cuadra, C. 13 N. 1 formaba aún en 1897 una huerta llamada Oaxaquilla. En 1823 nombran a la cuadra Calle del Costado de la Pelota, en 1861 Calle del Banco del Herrador y e los planos de Careaga (1856-1883) Calle de la Soledad, por la vecina capilla interior de la capilla de Guadalupe, que se titula así en reminiscencia del primer templo de que se habían servido las religiosas mercedarias, antes de instalarse en el Santuario de Guadalupe.
El edificio en la esquina de la Av. 3 P. 1300 se construyó, en 1912, para el Hotel del Paseo con sus baños sulfurosos, que ya no existe.
Al Oriente de la segunda cuadra, C. 13 S. 100, se extendía en el siglo XVIII la Plazuela de Guadalupe, de la que después se edificó la parte oriental, quedando sólo la parte occidental, llamada Plazuela de S. Javier en el padrón de 1832 y la Guía de 1852.
Sobre el origen del templo de S. Javier sabemos lo siguiente. En 1743 murió Angela Roldán, viuda de Herdoñana, dejando sus bienes para la fundación de un nuevo colegio de jesuitas bajo la advocación de s. Francisco Javier.
Para el nuevo instituto se compraron las huertas al Poniente de esta cuadra, y terminados los trabajos, se abrió el colegio en 1751. El establecimiento debía servir para la enseñanza de nos naturales en la doctrina cristiana y primeras letras, a la semejanza del de S. Gregorio de México. El hermano de la testadora ya había destinado en 1733 sus bienes para la misión entre los indios, cuyo caudal entró también en el colegio, al que se reunieron los fondos, altares y adornos de la capilla de s. Miguel, situada en la esquina del Colegio del Espíritu Santo, la cual había servido antes para la instrucción de los indios. Doña Angela, la fundadora, tuvo 6 hijos. Tres fueron religiosas, dos sacerdotes y el más célebre, Antonio de Herdoñana, padre jesuita. Este nación en 1709, fue rector del colegio de S. Gregorio de México y al mismo tiempo del de S. Javier en Puebla. Se mostró gran filántropo, especialmente en la epidemia de 1737, recibió el sobrenombre de Padre de los Indios y murió, siendo rector de S. Javier, en esta Ciudad el año de 1758.
Los padres de S. Javier tenían caballos ensillados para acudir desde luego a cualquier parte a donde les llamaban para confesar a un enfermo.
La iglesia ya se ve en el plano de Medina (1754) y se menciona como nueva en 1757. Después de la expulsión de los jesuitas en1767, el templo quedó sin culto, con excepción tal vez del año de 1820, cuando los padres volvieron a Puebla. La torre vino al suelo por el terremoto del 3 de octubre de 1864, el más fuerte del que se tiene noticia. Hoy el templo sirve de garage al Cuerpo de Bomberos.
Los demás edificios de convento sirvieron de cuartel de caballería en 1796, de hospital para los epidemiados en 1812, otra vez, en 1829, de cuarte, y en 1856 de hospital militar. Ya habían pasado a poder del Estado en 1834. Atrás de ellos se edificó, en largos intervalos, desde 1840 la Penitenciaría, según el plano del arquitecto poblano José Manso, imitando en su forma la penitenciaría de Cincinati y, en otros respectos, la de Filadelfia en Estados Unidos. E edificio casi terminado, fue destruido en el sitio que pusieron a la Ciudad los franceses en 1863. (El modelo que se conserva en el Museo Regional, parece distinto del actual edificio.) En 1867 se reanudaron los trabajos, tomando su dirección el ingeniero Eduardo Tamariz, de manera que el establecimiento, que ocupa la manzana entera, pudo inaugurarse en 1891. (La penitenciaría de México se comenzó a edificar hacia 1856).
Las cuadras 700-900 se llaman Ojo de Santiago en el plano de Ponce (1856) y Baños Termales en 1896. En 1681 adquirió el Ojo del Matadero un médico, el bachiller Isidro Valverde, de otro vecino, a quien lo había mercedado la Ciudad en el mismo año. El médico construyó los baños y cercó de piedra toda la posesión que abarcaba con su huerta 8 solares. La entrada estaba en la Av. 9 Poniente, cuyo extremo occidental se menciona varias veces (1690 y 1702) como el Ojo del Matadero. En la Av. 7 Poniente se hallaba (1720) la peñuela del Ojo del Matadero. En 1780 sólo quedaron paredones de los baños. Estos están marcados como “Baños azufrosos” en el plano de Ordóñez (1849). En 1852 se habla de los “baños termales en la Calle de la Oaxaquilla”, con un gran estanque, que servía de bañadero de caballos, sito en el lugar, donde hoy está la Calle Cerrada (Av. 9 P. 1300). Después en los planos de Ponce (1856) y Careaga (1883), se les llama los baños termales del Ojo de Santiago; en 1900 Baño Oriental y hoy Baños del Paseo Bravo.
En 1852 encontramos instalado en el baño un tívoli, situado “en el Costado del Paseo Nuevo” y que se menciona hasta 1885. en 1896 se construyó al Sur de los baños con el nombre de Beti Jai (en vascuence: “Siempre Fiesta”; beti “siempre, Jaya “día de fiesta”), un frontón o moderna casa de pelota, como había antes una en la esquina de esta C. 13 N. 1 y Av. Reforma 1100 (Palafox).
Hoy está en el sitio la casa núm. 9 (901). Antes este terreno, hasta la esquina de la Calle del Pensador Mexicano, perteneció al rancho del Matadero y hasta 1896 al Gral. Rosendo Márquez.
La cuadra siguiente (1100, etc.) se titulan en 1894 Carril de Santiago, distinto del Carril de la Calle de Santiago (Av. 17 Poniente), y en 1907 Calzada de Santiago.
El nombre oficial de Calle de los Aztecas se puso en 1894, junto con el de la Calle de la Industria. Aunque se pudiera suponer que dieron este nombre aludiendo al antiguo colegio para los naturales, es más probable que se lo escogió a imitación de la Calle de los Aztecas de México, que se bautizó así en 1869, también arbitrariamente.
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