Plazuela del Calvario. Calle 12 Norte 2400


Las capillas del Calvario o Viacrucis, que limita la calle de la Amargura que conduce al Calvario o cerro de Gólgota en Jerusalén, datan de los principios del siglo XVII. En 1606 la Ciudad hizo donación del sitio, el punto más alto, donde se fabricaron las últimas ermitas, a benito Conte Labaña o Sabana, que tenía en la falda del cerro un tejar o ladrillera y cuyos descendientes, los presbíteros Licenciados. Juan y Fernando Conte Labana, poseían hasta 1726 un pedazo de tierra a la linde de la 8a. estación (las  Piadosas).

Los miembros de la Tercera orden de S. Francisco y otros devotos de la Ciudad se empeñaban en erigir las capillas de todas las 14 estaciones. La iglesia misma de S. Francisco se consideró por la 1a. estación, que representa el azotamiento de Cristo en la casa de Pilato. La 2a. estación, en la que le cargan la cruz, estaba en el patio de la iglesia. La 3a., la de la primera caída, y la 4a., la del encuentro con su madre, llamada también de los Finos Amantes, ambas con sus habitaciones anexas (1792), se hallaban ya fuera del atrio, a los dos lados de su puerta que mira al Norte, y arrimadas a las bardas, como se ve en el plano de 1754. Las capillas de la 2a. y 3a. estación desaparecieron a mediados del siglo pasado, la de la 4a. estación se transformó en una capilla mortuoria (véase C. Nacional). La 5a. estación corresponde al templo del  Cireneo, la 6a. a la capilla de la Verónica, la 7a. o de la segunda caída a la capilla de los Plateros, y la 8a. a la de las Piadosas. Las restantes 6 capillas están unidas en un solo cuerpo con una portada que está en un lugar que hoy forma el rincón de la plazuela. Así las describe veytia (1780) y así las vemos en el plano de 1807. Son los siguientes: la 9a. estación de la tercera caída, la 10a. del despojo, desnudándose a Cristo para clavarle en la cruz, la 11a. de la crucifixión, llamada de los Pobres, pues estos la construyeron; la 12a. de la expiración, la 13a. del descendimiento de Cristo de la cruz y de Ntra. Sra. de la Piedad, y la 14a. del Santo Sepulcro. Además de éstas, hay una capilla dedicada a Ntra. Sra. de los Desamparados.

La capilla de la 12a. estación está en lo más alto y es la mayor y principal. Hacia ella se sube por gradas, quedando a la izquierda del visitante la 9a., la 10a. y la 11a, y a su derecha la de los Desamparados, la 14a. y la 13a. En los Anales se lee: “1660. En este año, día lunas, vísperas de S. Pedro, echaron los cimientos del Calvario los padres S. Francisco y don Martín Fernández.” Se bendijo en 1664. 

Según Vetancurt (1698), se hizo donación de las ermitas a los franciscanos que tomaron posesión de ellas en 1628, pero después de 1640 se reputaban como propiedad particular. En el siglo XVII todas las capillas eran de 12 varas (10 m.) de largo y de 6 varas (5 m.) de ancho y tenían su sacristía, campanas, patio interior con jardín y viviendas contiguas para los sacerdotes seculares que las cuidaban. “Todos los viernes se frecuentan, dice Vetancurt, pero los de cuaresma excede el concurso, y así dispuso el señor obispo que por las mañanas anden las mujeres y a la tarde los hombres. La comunidad (de los franciscanos) con los hermanos de la Tercera Orden salen después del sermón de la tarde”. El viacrucis pasaba por la C. 12 Norte, por eso la llamaban Calle de la Amargura (véanse C. Almoloya y Plateros).

En 1706, mayo 3, día de la invención de la Santa Cruz, se fundó una Escuela de Cristo para hacer todos los viernes el ejercicio de las estaciones del viacrucis; floreció hasta fines del siglo XVIII. Desde  1745 los hermanos se reunieron en la capilla del Sto. Sepulcro.

En los Libros de los Censos se mencionan entre las últimas capillas: en 1707, la del Santo Sepulcro (14a. est.), las del Calvario (12a. est.) y de la Piedad “que llaman de los Dolores” (13a. est.), en 1748 “la de la 10a. estación o del Despojo”, en 1816 “la ermita del Sto. Sepulcro”.

Después de 1824 se estableció en el Calvario la Casa de Ejercicios llamada del Sto. Sepulcro, gracias a la obra pía que fundó el coronel Mariano González Maldonado, muerto antes de 1832. (El coronel José Mariano González Maldonado fue alcalde en 1877.) El fundador poseía, entre otros bienes raíces, la casa contigua en el Calvario, la casa de la Calle de Echeverría que después sirvió de Casa de Diligencias y la casa núm. 5 de la adyacente Calle de la Aduana vieja, que en 1835 pasaron a poder de sus herederos, miembros de la familia Mangino.

Desde 1902 el templo del Calvario fue propiedad de los misioneros guadalupanos que se trasladaron hacia acá del Colegio de S. Joaquín, cercano a Tacuba, al año siguiente. 



Desde 1915 se conserva para el culto únicamente la capilla central. A cada lado de la subida hay ruinas de dos capillas. La segunda al lado izquierdo últimamente estaba dedicada a la virgen de Guadalupe. La pieza al Poniente del templo principal, construida por el mencionado Lic. Martín Fernández, se llamaba la Capilla del Niño Jesús. Las capillas de la 9a. estación y de los Desamparados han desaparecido. Estaban inmediatasa la entrada. La habitación del encargado, al Oriente del templo principal, la hizo el sucesor del Lic. Fernández.



En la primera pilastra del pequeño atrio delante de la segunda capilla del lado Poniente se lee la  siguiente inscripción: VNA AVE M(a) R(ía) POR EL ALMA DE VN SACERDOTE DIFVNTO A CVIA COSTA SE ISIERON ESTAS GRADAS.




La Calle del (Santo) Calvario que figura en el padrón de 1832, los planos de la Guía de 1852 y de Careaga (1856-1883), era la prolongación de la Calle de Totopoxtleros, dejando el Calvario al Norte y la capilla de las Piadosas al Sur.

La cuadra que limitaba la manzana del Calvario, mientras ésta quedaba dividida, al Poniente, se llamaba en el padrón de 1832 Calle del Costado del Sto. Calvario, y la que formaba su lado Norte, Calle de la  Espalda del Sto. Calvario. Esta última, después de haberse juntado las dos manzanas en 1900, se nombra en la nomenclatura de Camarillo Calle de las Espaldas de las Piadosas. En el plano de Soto (1915) y el Croquis Azul se le da el nombre de Calvario a la acera del Jardín de las Piadosas que mira al Sur. Según Camarillo, dicha plazuela se denominaba antes del Calvario.

En la esquina Sudoeste de la antigua manzana del Calvario, sobre un terraplén, hay una columna muy gruesa, el pedestal para un monumento con motivo de las fiestas Constantinianas, organizadas para celebrar, el 3 de agosto de 1913, el 160o. centenario de la promulgación del edicto de Milán, por el que los emperadores romanos Constantino y Licinio, que para sí conservaron siempre el título pagano de pontífices máximos, proclamaron la igualdad de todos los cultos, concediendo la más amplia libertad para todas las prácticas religiosas. Los sucesos políticos impidieron la ejecución del monumento.




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